bilbao - El diálogo social de la CAV entra en su fase decisiva. Llega la hora de dotar económicamente a los acuerdos dibujados en el foro, un paso crucial que puede hacer saltar por los aires la ya de por sí coja mesa tripartita, en la que no está la mayoría sindical que conforman ELA y LAB. La reunión entre Gobierno, Confebask y CCOO y UGT prevista para el día 16 será decisiva ya que las centrales sindicales conocerán qué porción de los Presupuestos se ha reservado a las medidas de empleo acordadas y si hay margen para ampliarla. CCOO ya advierte de que si no se destina más dinero al contrato de relevo se replanteará seguir en la mesa.
Una llamada de atención al Ejecutivo vasco que el viernes hacía pública el propio líder de CCOO-Euskadi, Unai Sordo, mostrándose crítico con las líneas maestras del proyecto de Presupuestos para 2016 elaborado desde Lakua. Sordo denunció el incremento del coste de la deuda y la “insuficiencia” de las políticas de fiscalidad, advirtiendo de que su organización no aceptará que las “estrecheces presupuestarias” condicionen la puesta en marcha de los acuerdos alcanzados en el diálogo social.
Consensos que están bastante avanzados después de las reuniones técnicas que han mantenido los agentes sociales en los últimos meses. Es el caso del plan de formación y empleo para reorientar a los parados hacia el sector de la rehabilitación de edificios, un complejo programa ya previsto por el Gobierno en las Cuentas del año que viene. A esta iniciativa apenas le quedan un par de flecos por limar. Uno es referente al acceso a las ayudas que se darán a las empresas que contraten a desempleados acogidos al programa, sobre el que la patronal vasca mantiene ciertas divergencias con el Ejecutivo, y otro está relacionado con el colectivo al que se dirigirá el plan formativo, ya que los sindicatos piden que no se limite a los parados y se amplíe a las personas en activo.
Estas diferencias se abordarán en la próxima reunión de la mesa que tendrá lugar el día 16, que tendrá también como punto central de la agenda el contrato de relevo. Se trata de una modalidad venida a menos en los últimos años y a la que desde el foro tripartito se le quiere dar un impulso. De hecho, cuando los agentes que participan en el proceso comparecieron a finales de enero para dar cuenta de los consensos alcanzados, presentaron el contrato de relevo como una de las medidas estrella.
Los sindicatos ven en esta modalidad una buena oportunidad para renovar plantillas a través de una fórmula contractual que goza de cierta estabilidad ya que se prolonga al menos los cuatro años que le restan al trabajador relevado para jubilarse.
Tanto la patronal como el Ejecutivo comparten este planteamiento, pero la dotación prevista por Lakua, que rondaría los 5 millones, resulta insuficiente para CCOO, mientras que UGT aun no se ha pronunciado a la espera de conocer qué deparan las próximas reuniones. La cuestión es que el Gobierno ha limitado las ayudas al contrato de relevo a los menores de 30 años y entiende que la partida será suficiente para cubrir las solicitudes dirigidas a esta franja de edad, un planteamiento que la central de Sordo quiere corregir para aumentar el impacto de la iniciativa.
De hecho, desde CCOO-Euskadi se advierte de que el contrato de relevo es una pieza esencial del diálogo social y de que no se aceptará que se deje como está. En principio aun hay margen para jugar con la letra pequeña de los Presupuestos esbozados por Lakua, que inician ahora su tránsito parlamentario con vistas a ser aprobados a finales de diciembre.
“en la cuerda floja” “El diálogo social está en la cuerda floja”, reconocían esta semana a este periódico fuentes de CCOO, que explican que si no hay un movimiento claro desde el Gobierno de Iñigo Urkullu para dotar de más recursos a los acuerdos de la mesa el sindicato no avalará las medidas impulsadas en las Cuentas y “se replanteará” su continuidad en el proceso de diálogo. Una declaración de intenciones que podría terminar de poner patas arriba una mesa coja condicionada por la ausencia de ELA y LAB. El Departamento de Empleo, primero a través de Juan Mari Aburto y desde el pasado febrero con Ángel Toña a la cabeza, ha intentado atraer a ambas centrales abertzales al foro.