Arrasate - El Gobierno Vasco convocará dentro de dos semanas el programa de ayudas a la I+D Emaitek, con lo que da por concluidas las inversiones previstas para este ejercicio, que ascienden a 133,6 millones de euros, un 7% por encima de lo que destinó en 2014. Así lo avanzó ayer la consejera vasca de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantxa Tapia, durante su visita a la Escuela Superior Politécnica de Mondragon Unibertsitatea.

El Plan de Ciencia y Tecnología contempla unas ayudas anuales dirigidas a incrementar la competitividad del tejido empresarial vasco a través de proyectos que potencien la colaboración entre empresas, centros tecnológicos y universidades en materia de I+D. Las medidas adoptadas por el Ejecutivo vasco para lograr este objetivo durante este año han sido culminar la reordenación de la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación y convocar programas que subvencionan la transferencia de conocimiento.

Tras la convocatoria el pasado mes de julio del programa Etortek, dotado con 20 millones de euros destinados a financiar proyectos de investigación que impliquen la colaboración de varios agentes o que presenten un alto potencial industrial elaborados por las unidades empresariales de I+D, en dos semanas el Gobierno Vasco aprobará una nueva edición de Emaitek. En este caso, las subvenciones se dirigen a centros tecnológicos integrados en las alianzas Tecnalia e IK4 y se presupuestan en más de 30 millones de euros.

Durante su visita, la consejera destacó la contribución del mundo universitario a potenciar el carácter competitivo del tejido empresarial vasco, gracias a su generación de conocimiento y su posterior transferencia a tanto al sector industrial como a las pymes. Según indicó, el modelo de crecimiento en la CAV debe desechar las fusiones y apostar por la colaboración entre todos los agentes para ganar en dimensión y en valor añadido.

Por su parte, el rector de Mondragon Unibertsitatea, Vicente Atxa, se alineó con la tesis del Gobierno Vasco al asegurar que este centro formativo potencia un modelo de investigación colaborativa en el que la generación de conocimientos se encuentra estrechamente ligada a las necesidades “actuales y futuras” de las empresas.

Un ejemplo de la apuesta de Mondragon Unibertsitatea es que “el 50% de nuestra actividad investigadora está financiado por el sector privado, y la otra mitad por la Administración”.