Glasgow - Un grupo vasco liderado por la filial de ingeniería de Iberdrola, con el aporte tecnológico de Gaiker-IK4 y Tecnalia, ha puesto en marcha la primera prueba piloto de un proyecto novedoso en Europa centrado en el reciclaje de las palas de los aerogeneradores existentes. Y aunque hoy todavía no sea un problema dada la modernidad de la mayor parte de los parques eólicos instalados, su crecimiento, -que ha hecho que existan más de 128.800 MW instalados en Europa, con unas 80.000 turbinas, y unas previsiones de 192.000 MW de cara a 2020, aerogeneradores que producirán el 15% de la electricidad europea-, sí da pie a pensar en qué hacer con los materiales al final de su vida.
Con una estimación media de vida útil de 20 años y tres palas por equipo, en unos años más de 200.000 palas construidas fundamentalmente en fibra de vidrio tendrán que reciclarse y cualquier aprovechamiento que se pueda hacer de los materiales abarataría el coste de los equipos además de reducir el impacto medio-ambiental. Adicionalmente permitiría hacer frente a los requerimientos legislativos de países como Alemania que han impuesto la prohibición de realizar vertidos sólidos urbanos sin tratar.
Y en Euskadi, un país líder tecnológico en energías renovables eólicas, se van a desarrollar varias de las fases de la iniciativa de I+D+i, Brio. Un proyecto pionero liderado por Iberdrola, con la colaboración de los centros tecnológicos Gaiker IK4, y Tecnalia, cofinanciado por la Comisión Europea a través del programa comunitario Life+.
Con la vista puesta en la creciente demanda mundial futura, la eléctrica Iberdrola encabeza un proyecto innovador centrado en el reciclaje de las palas de los molinos de viento con el objetivo de utilizar el material como refuerzo en futuros prefabricados de hormigón así como material aislante en los núcleos de los paneles para el sector de la construcción.
50.000 toneladas a reciclar Las estimaciones señalan que en 2020 habrá ya en todo el mundo cerca de 50.000 toneladas de palas eólicas fuera de uso, montante que se cuadruplicará en 2034 hasta alcanzar una cifra cercana a las 200.000 toneladas. Y el proceso de reciclaje, y tan sólo por razones logísticas, es complicado. No hay que olvidar que se puede estar hablando de trasladar palas de 50 metros de longitud y 12 toneladas de peso cada una, compuestas de un material especialmente duro mecánicamente pues no en vano ha tenido que soportar durante muchos años en movimiento fuertes vientos con las lógicas tensiones y fuerzas aplicadas, y todo ello al aire libre sometido a notables cambios de temperatura .
Iberdrola aprovecha el hecho de contar con instalaciones eólicas que se empiezan a acercar al final de su ciclo de vida en el Reino Unido, -parques y aerogeneradores propiedad de su filial Scottish Power-, para proveer de material y experimentar los nuevos procesos de reciclaje de cara a avanzar en la creación de unos protocolos europeos en este campo.
Scottish Power Renewables cuenta con un potencial de 3.000 palas, piezas que dejarán de ser útiles tanto por razones operativas de desgaste como por el desmantelamiento o repotenciación de los parques eólicos en los que están instaladas.
Iberdrola ya ha puesto en marcha la primera experiencia. En las cercanías de Glasgow, un centro de Scottish Power centraliza las palas para su reparación o reciclaje. Las que se considera irrecuperables son trasladadas a un centro de reciclaje que las trocea para que sus componentes, en esta fase experimental, se envíen a Euskadi de manera que Gaiker utilice su experiencia y destreza técnica para realizar el reciclaje mecánico, separando unos componentes y otros de las palas. Componentes, -fibra de vidrio y resinas fundamentalmente-, con los que otro centro tecnológico vasco, Tecnalia experimentará de cara a introducirlos como materia prima para reforzar estructuras de hormigón o para crear paneles aislantes destinados al sector de la construcción. Se considera que unas tres cuartas partes son aprovechables por su base de fibra de vidrio.
En Euskadi, en setiembre Tras el primer proceso de separación ya realizado días pasados en Escocia, en setiembre se iniciará la fase en los centros tecnológicos vascos. Este proyecto de I+D+i dirigido por la filial de ingeniería de Iberdrola está presupuestado en unos 1,1 millones de euros y cuenta con financiación de la Unión Europea. Su objetivo se centra en recuperar los materiales con los que están fabricadas las palas para reutilizarlos como materias primas secundarias.
Este proyecto tendrá una duración total de unos dos años y medio. Y la intención del grupo de empresas y centros vascos es la realización de una demostración final del sistema de reciclaje desarrollado. En este sentido, el proyecto Brio pretende anticipar soluciones viables para optimizar los procedimientos de desmantelamiento de los parques eólicos, contemplando adecuadamente la gestión de este tipo de residuos, así como formular propuestas legislativas en la Unión Europea para regular estos procesos.
Iberdrola. El grupo eléctrico vasco a través de su filial de ingeniería Iberinco lidera el proyecto y aporta la materia prima con las unidades más antiguas de aerogeneradores de Scottish Power
Gaiker. La labor de Gaiker-IK4 en Brio, en calidad de experto en I+D en materia de medio ambiente y reciclado, consistirá en abordar el reciclado mecánico de las palas para la obtención de materias primas para su aprovechamiento en nuevas aplicaciones .
Tecnalia. Se encarga de estudiar las aplicaciones de la fibra de vidrio y resinas de las palas para reforzar materiales de base de hormigón para la construcción, introducirlos como material de aislamiento en núcleos de estructura multicapa etc.