PARÍS. "El Gobierno francés está bien colocado para ser un puente entre la Europa a la que pertenecemos, de la seriedad presupuestaria, y la Europa del sur en la que está Grecia, que está sufriendo y que necesita encontrar un camino diferente para recuperar el crecimiento y dar a los griegos esperanzas de que van a vivir mejor", señaló.
En declaraciones emitidas hoy por "France Info", el ministro socialista galo añadió que "teniendo en cuenta que somos un Gobierno de izquierdas y una mayoría de izquierdas, Francia debe facilitar el diálogo entre Grecia y el conjunto de la Unión Europea".
A ese respecto, consideró que la lucha contra el fraude fiscal o contra la oligarquía, que figuran en el programa de Syriza, le parecen "buenas reformas".
Sapin tiene previsto entrevistarse esta tarde a las 17.00 locales (16.00 GMT) con Varufakis y una hora y media más tarde ambos harán una declaración común a la prensa.
Antes de acudir a París, Varufakis trató de desactivar algunos de los elementos de las promesas de su Gobierno más conflictivas con sus socios europeos, al asegurar que lo que proponen sobre la deuda tiene un coste menor para los contribuyentes europeos que el actual plan que defienden los acreedores.
Negó que haya problemas para terminar con el programa de rescate actual e intentar negociar un nuevo acuerdo con los prestamistas y dijo que lo que necesitan es "esencialmente un puente entre el viejo programa, que rechazamos, y el nuevo acuerdo que se producirá después de nuestras negociaciones".
En concreto, Varufakis reclamó "tiempo, espacio y un respiro" para poder negociar con los acreedores, y lograr un nuevo acuerdo que permita "acabar con el problema griego y hacer que la economía social griega sea sostenible".
Francia, que como el resto de los países de la eurozona descarta una nueva quita a Grecia, ha querido no obstante jugar un papel de mediador desde la formación el pasado lunes del Gobierno de Syriza y ese mismo día el presidente francés, François Hollande, habló con el nuevo primer ministro, Alexis Tsipras, para invitarle a París.
La cita Hollande-Tsipras, a falta de oficializar los detalles, debe celebrarse el miércoles por la tarde en el Palacio del Elíseo, pero antes de eso el encuentro de los ministros de Finanzas es una forma de tomar la temperatura de las demandas de Atenas y de su grado e intransigencia para evitar un choque con los otros socios europeos, que tendría riesgos para todos.
El jefe del Estado francés mantuvo un encuentro el viernes por la tarde en Estrasburgo (noreste de Francia) con la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo Ejecutivo hasta ahora ha sido el que más cortante se ha mostrado en sus reacciones a los reclamos de Tsipras y de su gabinete.
En una entrevista publicada ayer en la prensa alemana, Merkel reiteraba que no habrá una nueva quita de la deuda pública griega y exigió a Atenas mantener ajustes y reformas.