BILBAO. Agentes de la Policía Nacional, en colaboración con la Delegación de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Gipuzkoa y la Inspección Provincial del Gobierno vasco, han detenido a dos personas por un delito contra los derechos de los trabajadores. Uno de los arrestos se produjo el 9 de octubre durante la inspección realizada en una explotación silvícola de Azkoitia y el segundo arresto se llevó a cabo el pasado día 22 del mismo mes.
Los trabajadores carecían de equipos básicos de protección y algunos de ellos trabajaban, en jornadas de hasta 13 horas, manipulando peligrosa maquinaria de tala y poda. A uno de los trabajadores en situación irregular le cayó encima un árbol, por lo que tuvo que ser ingresado en el hospital, y tras recuperarse fue despedido
En esta inspección se verificó, además de la situación irregular en nuestro país de algunos trabajadores extranjeros, que los mismos carecían de equipos básicos de protección. Desempeñaban sus actividades laborales ignorando las medidas de seguridad correspondiente a este tipo de trabajo, también cuando trabajaban en los bosques, algunos de ellos manipulando peligrosa maquinaria de tala y poda.
La Inspección de Riesgos Laborales del Gobierno Vasco ya había levantado acta con anterioridad por esta infracción a la normativa de prevención de riesgos laborales. Los empresarios investigados no habían corregido las deficiencias, con el riesgo que ello conlleva, riesgo que se materializó en varias ocasiones en accidentes de trabajo con lesiones importantes.
Árbol caído
Se pudo determinar, que derivado de esa ausencia de equipos de protección así como de medidas de seguridad, se habrían producido varios accidentes laborales, alguno de ellos de importante consideración. En una de esas ocasiones un árbol cayó sobre uno de los empleados, que trabajaba a pesar de no disponer de autorización para ello, ni tan siquiera para residir en España.
El trabajador fue trasladado a un centro sanitario, dándole instrucciones para manifestar que, en lugar de decir que había sido un accidente laboral, señalase que se trataba de un accidente doméstico, habiéndole caído un mueble en la cabeza. También le insistieron en que, al carecer de permiso de residencia y trabajo, sería expulsado del país si decía lo ocurrido realmente, y que el seguimiento posterior sería realizado por un médico, de origen latinoamericano, conocido del empresario.
El trabajador siguió las indicaciones de su jefe, y ante la gravedad de las lesiones fue trasladado al Hospital de San Sebastián. Durante la convalecencia del trabajador, el empresario le propuso regularizar su situación en España, y días después, tras recuperarse del accidente, fue definitivamente despedido.