Dos oficinas de Kutxabank ubicadas en Gasteiz e Igorre fueron atacadas en la madrugada de ayer con sendos artefactos explosivos de fabricación casera, uno de los cuales no explotó. El Gobierno Vasco vinculó estas dos acciones, atribuidas en el pasado a la kale borroka, con la asamblea que la Kutxa guipuzcoana celebró precisamente ayer en Donostia.La izquierda abertzale, sin embargo, se desmarcó de estos actos de sabotaje porque no ayuda a sus postulados contrarios a la conversión de Kutxa en una fundación bancaria.

El primero de los sabotajes se produjo a las 04.10 horas cuando estalló un artefacto en la sucursal que Kutxabank tiene en el número 33 de la calle lehendakari Agirre de Igorre. La explosión causó daños en la entrada de la oficina, desencajó la puerta y rompió varios cristales, aunque no afectó a ningún vecino del inmueble. El Departamento vasco de Seguridad detalló que el artefacto estaba compuesto por líquido inflamable, un cohete pirotécnico y una mecha.

Horas después, sobre las 07.30, un vecino de Gasteiz observó un objeto sospechoso junto a la puerta de la oficina que Kutxabank del barrio de Abetxuko de Gasteiz y avisó a la Ertzaintza. El artefacto era similar al de Igorre, pero falló y no llegó a hacer explosión. Tras acordonar la zona, los agentes lo retiraron para analizarlo y buscar indicios que permitan detener a sus autores.

La consejera vasca de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, explicó que la Policía vasca ha iniciado una investigación para determinar si ambos ataques corresponden a actuaciones organizadas de “kale borroka”, aunque dijo que tiene la impresión de que podrían estar relacionados con la asamblea de Kutxa. Vinculó los ataques con la oposición por parte de algunos sectores de que la Kutxa se convierta en fundación bancaria. Ésta “parece ser la forma de expresar su desacuerdo”, señaló.

EH Bildu difundió un comunicado en el que rechaza los sabotajes y ha opinado que complementan “la actuación de quienes están justificando el expolio social que se está cometiendo con la bancarización de la BBK, Vital y Kutxa, además de servir para desviar la atención y ocultar la denuncia de los diferentes colectivos afectados”.

Tanto el PP como el PSE condenaron estos ataques y los socialistas vascos exigieron a Sortu “una respuesta más contundente que la del rechazo acrítico” a estas agresiones. EH Bildu condenó estos sabotajes que, a su juicio, “dan argumentos y alimentan la estrategia” de quienes quieren privatizar esta entidad.

Kutxabank, por su parte, expresó su “más enérgica condena a estos atentados” y aseguró que desconoce la autoría y la finalidad de los mismos.

Lo ocurrido ayer se suma a algunos capítulos esporádicos de violencia callejera ocurridos en los últimos meses. Los más graves tuvieron lugar en agosto con la quema de cinco autobuses en Loiu, al que le siguió el ataque perpetrado el pasado 27 de septiembre, cuando un incendio intencionado destruyó tres autobuses de Bizkaibus en Bilbao. Las dos acciones fueron reivindicadas por grupos anónimos de apoyo a los presos de ETA. - DNA