Miñano - SEA Empresarios Alaveses celebró ayer en el Parque Tecnológico de Araba su segunda entrega del ciclo Diálogos a 3, que en esta ocasión reunió a Iñaki López Gandásegui, de Aernnova Aerospace; Juan Luis Cañas, de Bodegas Luis Cañas, y a José Antonio Jainaga, de Gerdau Sidenor. Una cita que llega en un momento especialmente complejo, con mensajes políticos y datos macroeconómicos que apuntaban a la salida de la crisis, al tiempo que esta semana los mercados viven jornadas convulsas por el temor a la caída en una tercera recesión. Los tres ponentes de ayer se mostraron prudentes con respecto al futuro más inmediato. “Las vísperas electorales son propicias para que la se muestre más optimista”, advertía Jainaga ante un auditorio salpicado también de cargos políticos -entre ellos el diputado general alavés o los consejeros de Empleo y Medio Ambiente-, por lo que invitó a analizar la situación “con un poco de perspectiva”. Una perspectiva que le llevó a prever que, dadas las grandes relaciones a todos los niveles existentes entre ellos, la evolución de la economía en “Euskadi no puede ser muy diferente de lo que pase en España, ni lo que pase en España, muy diferente de Europa”.

Y es que, echando la vista atrás, el consejero delegado de Gerdau Sidenor subrayaba que, en el caso español, “hemos caído muy bajo”, así que consideró normal que los datos económicos ahora puedan ser más positivos que los de otras economías -caso de Alemania o Francia- que no han sufrido un deterioro tan importante. Al respecto, López Gandásegui subrayó que, en el sector aeronáutico -Aernnova emplea a 5.000 personas, unas 1.600 en Araba-, el momento más duro de la crisis fue en el periodo 2009-10 y que ahora miran los tres o cuatro próximos años con posibilidades “interesantes” de crecimiento.

Una resistencia frente a la crisis que Jainaga explicó, en su caso, en buena medida por la decisión estratégica de Gerdau a principios de 2009 de “olvidarnos de los resultados y defender la caja”, tiempo en el que Gerdau redujo su producción al 25% de su capacidad y logró reducir prácticamente a cero su deuda. “Eso nos salvó”.

Los tres coindieron en varias recetas estructurales. En primer lugar, la I+D. Una apuesta importantísima por ejemplo en el caso de Bodegas Luis Cañas, no sólo como elemento tractor de la empresa, sino también como pilar para configurar una marca fuerte en el mercado. Y es que, destacó ayer Cañas, para combatir los problemas que presenta el mercado del vino, como el exponencial crecimiento de la oferta frente a la caída de la demanda, la marca puede ser clave, acompañada de una buena comunicación. En este sentido, Gandásegui apuntó a que Araba necesita impulsar iniciativas en el campo de la tecnología que le permitan no perder el ritmo de sus vecinas Gipuzkoa y Bizkaia.

La internacionalización es otra herramienta fundamental en la que coincidieron los tres. En el caso de las Bodegas Luis Cañas, por ejemplo, impulsados por grupos de exportación como Araex.

La competitividad de las empresas en el exterior también ocupó buena parte del debate. Un ámbito en el que los costes energéticos siguen levantando profundas ampollas en el tejido industrial -“no hay forma de saber qué pagaremos en 2015 en la factura eléctrica”, se lamentaba gráficamente Jainaga-, así como los no menos controvertidos costes laborales. Fue el consejero delegado de Gerdau Sidenor quien puso sobre la mesa, por ejemplo, que si el coste medio por trajador en la CAV es de 20 euros/hora, en el sector siderúrgico este ratio se eleva a entre 30 y 40 euros por hora.