BILBAO - Bildu está intentando abrir una puerta que la propia coalición se cerró hace unos meses. Y la consecuencia es que su propuesta de negociación de la estructura de Kutxabank a una semana de la transformación en fundaciones de BBK y Vital no ha surtido ningún efecto. Primero porque pide cambiar las reglas de juego dictadas desde Bruselas y, segundo, porque además plantea reiniciar un partido que está a punto de concluir sin el concurso de la izquierda abertzale pese a haber sido formalmente invitada en varias ocasiones.
El PNV desveló ayer que Bildu ha rechazado participar en los encuentros en los que se ha definido el futuro de las cajas de ahorros vascas. Ha sido convocada a las reuniones en varias ocasiones y “en todas ellas ha declinado participar”, aseguraron ayer fuentes del EBB en respuesta a la oferta de la izquierda abertzale. “Nadie desoye su propuesta, lo que no puede pretender que el inmovilismo que ha mantenido hasta la fecha se traduzca en la paralización de un proceso que lleva meses en marcha”, dijeron.
La transformación de las cajas llega a un punto de no retorno en Bizkaia y Araba -el próximo lunes dan el salto definitivo hacia la fundación- pero, tras conseguir retrasar el cambio hasta noviembre en Gipuzkoa, Bildu planteó el martes congelarlo todo para llegar a un acuerdo en las tres entidades. PNV, PSE y PP rechazaron ayer esa posibilidad porque básicamente supondría tirar a la papelera el pacto que han alcanzado los tres partidos.
Ninguna de estas formaciones percibe un cambio sustancial en la posición de la izquierda abertzale, aunque admita ahora la posibilidad de transformar las cajas en fundaciones si se constata que no hay otra alternativa. El resto de partidos y los gestores de las cajas ya llegaron a esa conclusión a finales del año pasado tras la aprobación de la nueva Ley de Cajas y por ello estiman que Bildu no propone una negociación real, solo busca bloquear el proceso.
Esa sensación se refuerza además a juicio del PNV con las condiciones “inasumibles” que plantea la coalición abertzale. Cuestiones como el control de la fundación bancaria por parte de las Juntas o la constitución de una asamblea con capacidad de decisión caminan justo en la dirección contraria a las exigencias de Bruselas, que quiere despolitizar las cajas. El recorrido de la oferta de Bildu es mínimo, pero ha añadido más tensión a una cuestión que a día de hoy mantiene un incómodo fleco en Kutxa, donde se necesita a la izquierda abertzale para la transformación. De momento, Bildu salió ayer al paso de las lecturas que apuntan a una modulación de su oposición y que, en algunos casos, incluso alcanzan a percibir un resquicio para un apoyo. Fueron varios los pesos pesados de la formación -Martin Garitano, Joseba Permach y Pernando Barrena- los encargados de echar tierra sobre esa posibilidad un día después de que cargos de menor rango pusieran encima de la mesa las bases de su negociación.
posible intervención de kutxa Hay otros caminos que no pasan por la fundación, afirmaron para defender que las normas europeas no obligan a bancarizar las entidades y que, por ello, es posible mantener la estructura de cajas. No opinan lo mismo el resto de partidos y los servicios jurídicos de las entidades financieras, los encargados de diseñar juntos el itinerario de BBK y Vital.
La pelota de Kutxa está sobre el tejado de Bildu. También lo está la amenaza de una intervención de la caja guipuzcoana por parte del Gobierno vasco -una tesitura a la que Lakua confía en no llegar- o la imposición de multas a su consejo de administración. Esa delicada parte del problema se ha hecho pública este mes y añade presión a su rechazo, aunque probablemente ya estaba asumida en los análisis de la izquierda abertzale.
¿Esa amenaza ha movido a Bildu de su sitio? La respuesta es más que compleja, pero lo cierto es que le deja muy poco margen de maniobra. Y si ha intentado reabrir el debate desde cero para trazar un nuevo rumbo, “llega tarde”, remacharon los jeltzales. En su opinión, hasta ahora la estrategia de la coalición abertzale ha sido “mentir, insultar, engañar, manipular y tergiversar la realidad”.
La formación de Andoni Ortuzar acusa a los dirigentes de la izquierda abertzale de “erigirse en falsos defensores de la ciudadanía cuando, durante años, lo más cerca que han estado de las cajas vascas ha sido para manifestarse contra ellas o, directamente, para proporcionar argumentos y cobertura a quienes han atacado y aún hoy atacan su reputación y sus instalaciones”.
Bildu formalizó su propuesta de reabrir la negociación en el grupo de trabajo constituido en Kutxa para analizar su tránsito hacia fundación. Jeltzales, socialistas y populares rechazaron esa posibilidad así como la petición de suspender las asambleas de BBK y Vital. Poco después, Joseba Permach y Begoña Beola aseguraron que estos tres partidos serán responsables “del mayor saqueo de las últimas décadas” si no detienen la entrada de capital privado en Kutxabank. Una idea que también compartió el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, cuyo sindicato no impugnará finalmente las asambleas de las cajas vizcaina y alavesa.