BILBAO - El Tribunal Vasco de Cuentas Públicas reprobará el próximo martes a su presidente, Ignacio Martínez Churiaque, por su controvertida intervención en la comisión parlamentaria que investiga las ayudas públicas recibidas por Epsilon. La mesa del Parlamento analizará ese mismo día el texto remitido por los consejeros del Tribunal que se sintieron traicionados por Churiaque -le acusan de "deslealtad"- y que ahora piden comparecer en el mismo foro para que se escuche su versión.

Se abren de este modo dos vías paralelas que debilitarán la posición del presidente del órgano fiscalizador, aunque es complicado a priori que ninguna de las dos concluya en su cese inmediato. Es necesaria una mayoría de dos tercios de la Cámara para forzar su salida, un nivel que está fuera del alcance de los dos partidos que han pedido ya su dimisión: PNV y PSE. Con la negativa de salida del PP, la llave la tendría EH Bildu, pero todo apunta a que intentará mantener distancias en el enfrentamiento y que reprochará a los otros tres partidos el reparto de consejeros establecido en el TVCP.

Otra cosa será el resultado del choque que se producirá el próximo martes en el pleno del Tribunal de Cuentas entre Churiaque y la mayoría del consejo. El presidente se ha negado a convocar una reunión extraordinaria para dar explicaciones sobre su intervención en el Parlamento, donde defendió su voto particular y no la opinión mayoritaria del órgano fiscalizador, que avaló las ayudas públicas concedidas a Epsilon.

Churiaque puso en tela de juicio la actuación de sus compañeros al asegurar que se habían eliminado varias conclusiones del informe final y que se habían arrancado páginas enteras. Un extremo que niegan todos los consejeros, salvo el designado por el PP como Churiaque, y que originó la presentación de la moción de reprobación. El caso es que el reglamento del Tribunal de Cuentas no contempla esa figura, básicamente porque nunca se había producido una situación similar.

pleno ordinario El vacío normativo ha permitido al presidente del órgano fiscalizador eludir la convocatoria de un pleno extraordinario. Sin embargo, no ha tenido más remedio que colocar la cuestión entre los puntos del orden del día del próximo encuentro, el que se celebrará el martes. No está claro que ese día se vaya a realizar una votación formal de reprobación, en cuyo caso cinco consejeros sumarían fuerzas contra Churiaque, que solo contaría con su voto propio y el otro del PP. Lo que sí se producirá con toda seguridad es un cruce de reproches que reflejará la fragilidad del presidente de la institución y avivará el debate sobre la politización de este tipo de organismos -el PNV designa a tres consejeros y el PSE a los dos restantes-. Aunque técnicamente no sea una reprobación se le parecerá mucho.

El recorrido político de la polémica es otra de las incógnitas. La Mesa del Parlamento estudiará la petición de comparecencia en un trasfondo en el que se intuye un juicio al presidente, y jeltzales y socialistas tienen mayoría suficiente para darle curso.

Si eso ocurre, la cuestión entrará en otro terreno inexplorado hasta el momento. Y no es descartable que se formalice la solicitud de dimisión de Churiaque en el tránsito parlamentario. Luis Javier Telleria (PNV) y Vicente Reyes (PSE) ya lo hicieron oficiosamente en la comparecencia de Churiaque después de escuchar las acusaciones más o menos veladas a sus compañeros. El reparto de fuerzas deja poco margen al cese. No obstante, si se debate en pleno la cuestión el presidente del TVCP quedará en una posición muy incómoda.

Los dos proyectos del sector de automoción investigados, Hiriko y Epsilon, han naufragado pese al respaldo del Gobierno Vasco y el español y se han convertido en un arma política. En el caso de Epsilon, ambas administraciones destinaron casi 50 millones de euros en ayudas, avales, cesiones de terreno y convenios en los que también participaron Araba y Gipuzkoa. La mayor parte de los incentivos escapan del control de TVCP, a juicio de la mayoría de los consejeros, o bien por ser de ámbito estatal -18,5 millones- o por no tratarse de ayudas directas. Así, el informe aprobado en mayo puso el foco sobre cerca de seis millones, que el supervisor de las cuentas públicas considera que, en líneas generales, se ajusta a legalidad vigente.

Churiaque, que al parecer había comentado previamente con el presidente de la comisión parlamentaria -el popular Carmelo Barrio- el contenido de su intervención, se saltó el guión establecido. Decidió no explicar en la Cámara el resultado final de la fiscalización y se centró en su opinión personal. Sus compañeros recuerdan en la moción de reprobación que detrás del informe están las 15.226 horas dedicadas por los trabajadores del Tribunal de Cuentas a analizar los libros de Epsilon.

Aval de TVCP. El Tribunal de Cuentas aprobó en mayo un informe que avala las ayudas recibidas que recibió Epsilon del Gobierno vasco. El órgano fiscalizador sostiene que la mayoría de los 5,8 millones que recibió el proyecto entre 2003 y 2012 se ajustan a la normativa, pero algunos contratos suscritos al margen de los principios de publicidad y concurrencia y fue insuficiente el control posterior de algunos incentivos.

Voto de Churiaque. El presidente del TVCP considera que se tenían que haber analizado otros 24 millones en avales, convenios con diputaciones y cesiones de terreno. El informe fue aprobado por 5 de los 7 consejeros.

Los cinco consejeros que piden la reprobación del presidente niegan haber eliminado conclusiones del informe y censuran a Churiaque por defender en la Cámara su posición y no la aprobada por la mayoría.