BRUSELAS. En España, los precios de consumo se situaron en 2013 ligeramente por debajo de la media de los Veintiocho, en el 95 %, pero por encima de lo registrado el año anterior (93 %).

Si se desglosa la cesta de la compara para los españoles lo más costoso es hacerse con vehículos de transporte personal (101 % de la media europea) o con productos electrónicos (99 %).

Lo más barato en España son las compras de alimentos y bebidas (93 %), tabaco y bebidas alcohólicas (87 %) o ropa (87 %).

Llenar esta cesta resulta especialmente caro en Suecia (130 % de la media europea), Luxemburgo y Finlandia (123 %).

Les siguen Irlanda (118 %), Reino Unido (114 %), Holanda (110 %), Francia (109 %), Austria (107 %), Bélgica e Italia (103 %, respectivamente) y Alemania (102 %).

En la media, en niveles similares a los de España, se sitúan los precios de Grecia (89 %), Chipre y Portugal (86 %, ambos), Eslovenia (83 %), Estonia y Malta (80 %, ambos).

Los países más baratos son en general los que se incorporaron a la Unión después de 2004: República Checa, Letonia y Eslovaquia (71 % todos) Croacia (68 %) y Lituania (65 %).

Los precios de consumo más bajos se encuentran en Hungría (60 %), Polonia y Rumanía (57 %, ambos) y Bulgaria, donde apenas llegan a la mitad del promedio de sus socios europeos (48 %).

Si se miran los diferentes bienes y servicios, las mayores diferencias se observan en el precio de las bebidas alcohólicas y el tabaco, sobre todo debido al diferente tipo de tributación que se aplica a estos productos en cada uno de los Veintiocho.

Así, la cajetilla de cigarrillos o la botella de whisky son casi tres veces más caros en Irlanda (178 % de la media europea) que en Bulgaria (59 %).

También en los productos alimenticios y bebidas no alcohólicas hay una brecha importante, entre el 140 % de Dinamarca y el 62 % de Polonia.

Más igualados están los precios de la ropa, el equipamiento electrónico o los vehículos personales.

Los suecos son quienes más pagan por renovar su armario (130 %) y los húngaros los que menos (75 %), en tanto que los amantes de la electrónica tienen que asumir un coste mayor en Dinamarca, Chipre o Malta (113 %) que en Polonia (81 %).

Hacerse con un coche o moto resulta especialmente asequible en la República Checa (81 %), mientras que los concesionarios holandeses marcan los precios más altos (117 %).