donostia - Coface, Kutxabank, la Cámara de Gipuzkoa y Kufinex celebraron ayer en Donostia la Conferencia sobre riesgo país 2014, en la que se ofrecieron las claves de internacionalización en estos momentos en los que se atisba la recuperación económica.
Está transmitiéndose un mensaje desde las instituciones y el sector empresarial de inicio de una recuperación econónomica. ¿Cómo lo ve Coface? ¿Es una recuperación real?
-La visión que tenemos sobre el crecimiento global y sobre la mayor parte de la zona euro, incluida España, es positiva. En los últimos dos o tres meses se han realizado revisiones al alza de las perspectivas económicas y eso es porque se nota una mejora en la economía española. En nuestra actividad la pérdida de clientes por cierres de empresas o por impagos ha bajado en lo que va de año a un tercio del nivel del pasado ejercicio, lo cual es un indicativo claro de que la situación es ahora muy distinta. El ajuste brutal que se ha llevado a cabo en el Estado lo ha dejado en una buena situación para la recuperación.
Después de ese ajuste, ¿cree que deberían adoptarse más medidas?
-Sí. A España le quedan tareas por hacer. Una de ellas es la reforma fiscal, pues tenemos un déficit estructural que va a ser muy difícil reducir porque parece complicado seguir ajustando el gasto público. Pero hay que hacerlo. Hay que ir hacia un modelo fiscal mucho más sencillo, en el que las empresas paguen el 20%, el 25% o lo que sea, pero sin que sea tan enrevesado. Otra de las reformas que deberían efectuarse es una mejor distribución de la carga fiscal que dé solución a la situación actual de menores ingresos en las familias. Este asunto habría de abordarse, además, a nivel europeo, para poder contar con modelos homogéneos. Por último, es necesario modificar la regulación laboral para hacerla también más sencilla. Tantos tipos de contratos, tanta complicación supone un coste para la Administración y las empresas y, además, favorece la economía sumergida.
¿Cómo percibe Coface actualmente a los distintos sectores?
-La construcción y la industria, lamentablemente, siguen sufriendo mucho. En este último sector está mejorando cierta demanda, la que tiene que ver con la reposición de productos de consumo a largo plazo en los hogares, como son los electrodomésticos o los coches. En cuanto a los servicios, están funcionando bien en Europa.
¿Cuáles son los países a los que las empresas guipuzcoanas y vascas deberían centrar su mirada?
-Sin duda, y por su capacidad económica, Estados Unidos es muy importante y, de hecho, es el tercer cliente de las compañías de Gipuzkoa. Pero no hay que olvidar a Latinoamérica -Perú y Colombia, sobre todo-, que está tirando fuerte. Y, por supuesto, África. Las empresas de Euskadi deben tener muy en cuenta un continente en el que algunos países, como Kenia, Tanzania o Etiopía, están registrando aumentos de su PIB por encima del 5%.
¿Qué actividades pueden tener éxito en África en estos momentos?
-Esos países necesitan infraestructuras de todo tipo. Por ello, las empresas de maquinaria, equipamiento o incluso construcción, tienen una gran oportunidad en África. Pero, eso sí, han de tener muy claro que ya no vale lo que se hacía antes, que era exportar lo obsoleto. Ese continente demanda alta tecnología y calidad. Ahora hay que vender a Tanzania lo que antes se vendía solo a Europa.-En el lado contrario, ¿qué países no son ahora recomendables?
-En los últimos siete años los países BRIC han sido el paradigma del crecimiento. Sin embargo, en Rusia hay en estos momentos una elevada inestabilidad política por el conflicto con Ucrania, por lo que recomendamos cautela. Brasil, por su parte, ha pasado de vivir avances del PIB de un 5% a registrar un 2%, y, además, el descontento social y una cierta burbuja inmobiliaria que está registrando hacen que sea ahora un mercado complicado. Es recomendable que las empresas vascas sigan en esos dos países, pero bien asesoradas.
¿Cómo ve a Euskadi?
- Vive una situación similar a la de Alemania, con un paro mucho menor que el resto del Estado y con unas empresas que han resistido mejor los primeros años de la crisis. Pero sus exportaciones arrastran dos años de descensos, lo que significa que la CAV tiene que trabajar duramente en la búsqueda de nuevos mercados. En cuanto a la situación de las empresas, se percibe un mayor compromiso de pago. Se están reduciendo notablemente los plazos de pago, lo cual quiere decir que hay una mayor liquidez y también más ahorro para inversión.¿Deben abrir más el grifo las entidades financieras a las empresas?
-Los bancos han estado preocupados en los últimos cinco años más por ellos mismos que por las empresas. El comerciante indio tarda 210 días en pagar y no 30 días, como los empresarios de aquí. Es por ello que ahora es más necesario que nunca el músculo financiero en las empresas, para que puedan acceder a esos mercados tan exigentes. Eso sí, los bancos han de financiar las operaciones analizándolas bien.
En ese sentido, ¿Coface ha modificado a raíz de la crisis económica su manera de contemplar los riesgos en las operaciones mercantiles?
-No. Seguimos analizando el riesgo de las operaciones de una forma fiable y estable. Mantenemos nuestros criterios porque si no, las empresas se volverían locas. Aunque se puede decir que ahora estamos siendo más optimistas respecto al estado de las empresas que lo que es su situación real.