BILBAO - Y se hizo la luz. Las empresas comercializadoras de electricidad deberán emitir a partir de junio las facturas del recibo del consumo eléctrico conforme al nuevo modelo aprobado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, según la resolución sobre este tema publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE). La principal novedad más allá del cambio en sí con la inclusión del coste de la energía eléctrica en tiempo real -algo que sólo se podrá comprobar si se tiene un contador inteligente que además esté perfectamente integrado con un sistema de telegestión- es que incluirá un desglose, detallado por porcentajes, de cada una de las partidas a las que se destina el dinero que paga el consumidor.

En teoría, el consumidor doméstico sabrá cuanto es el coste de producción de electricidad, los costes regulados que el Gobierno español carga al sistema y los impuestos que se cobran.

Dentro de los costes regulados incluidos en el recibo de la luz, el Ministerio de Industria que dirige José Manuel Soria ha fijado, conforme a la orden de peajes publicada el pasado mes de enero, los porcentajes que aparecerán en el recibo. Como se recordará, los incentivos a las energías renovables, cogeneración y residuos recibirán el 36,28% de estos costes, un porcentaje mayor que el destinado al transporte -sólo en líneas de alta tensión REE tiene más de 42.000 kilómetros- y la distribución de la energía eléctrica, que supondrán el 32,12%, y el 31,6%, de otros costes regulados, incluido el pago del déficit, que también se incluyen para ser abonados por los consumidores pese a que las compañías consideran que tendrían que ir con cargo a los Presupuestos.

Según el modelo publicado en el BOE, la factura tipo varía en función del tipo de cliente, pero en términos generales constará de tres páginas. La primera incluirá en el encabezamiento el logotipo de la eléctrica, el importe de la factura, los datos del cliente y un primer desglose por potencia contratada y potencia consumida.

En la actualidad, el recibo de la luz ya incluye la potencia contratada, -en buena parte de los hogares vascos es 4,4 kw para evitar que "salten los plomos" cuando se enchufan a la vez varios equipos eléctricos con resistencias, (planchas, cocinas, calentadores etc)-, la energía facturada en el mes, no lejos de 250 kwh de media en un hogar de cuatro personas con cocina y calefacción a gas, y los impuestos.

Las nuevas facturas están, según el Gobierno español, diseñadas para facilitar la comprensión del suministro e incluirán tanto la contribución de cada fuente de generación de energía eléctrica como las emisiones de CO2 en las que se haya incurrido para producir la electricidad pues no es lo mismo generarla en una central térmica convencional de carbón que mediante el viento con los aerogeneradores eólicos.

En la actualidad, el 60% del importe de la factura corresponde a impuestos y recargos varios y sólo el 40%, a producir, transportar y distribuir la luz eléctrica.

La luz, 50 euros al mes A partir de ahora, el recibo indicará que tanto por ciento de lo que se paga en el recibo de la luz eléctrica -según el presidente de Unesa, Eduardo Montes, en España son unos 50 euros al mes de media- se destina a uno de los tres grandes bloques que, además del coste por alquiler de los equipos, componen el recibo: el coste de producción de electricidad y margen de comercialización, los impuestos -diferenciando entre los autonómicos y los estatales- y los costes fijados por el Gobierno.

Los posibles cargos adicionales, como los de los servicios de mantenimiento o regularizaciones excepcionales, deberán ir aparte.

Un aspecto destacado es que el nuevo recibo incluirá un gráfico de consumo con su evolución, los datos del contrato y un cuadro en el que se indican los momentos en los que se ha realizado la lectura o qué parte se factura de forma estimada o con lecturas reales del contador.