BILBAO - El Gobierno Vasco está promoviendo alianzas y fusiones de empresas para facilitar los procesos de internacionalización y allanar el camino de salida de la crisis del conjunto de la CAV. El tamaño es importante a la hora de salir fuera y la estructura empresarial vasca está muy capilarizada.

A grandes rasgos, el 95% del tejido productivo vasco tiene menos de 50 empleados y el 77% menos de diez, el umbral que se considera crítico para lanzarse fuera de las fronteras naturales. En cambio, en la locomotora alemana sólo el 61% de las compañías tienen plantillas por debajo de los diez trabajadores.

La distribución vasca implica que hay numerosas sociedades mercantiles con escaso músculo para explorar mercados exteriores con garantías de éxito y que, en general, muchas de ellas deciden quedarse en casa, aunque se multiplique el riesgo de cierre.

La cooperación interempresarial en misiones comerciales o ferias es una herramienta para resolver ese problema, pero el Departamento vasco de Desarrollo Económico y Competitividad anima a las empresas a ir más allá. Propone establecer oficinas conjuntas en los países objetivo de las exportaciones para compartir gastos y mejorar la gestión de los recursos e incluso consolidar las alianzas temporales con integraciones parciales o totales de sus accionariados.

Innovar e internacionalizar El planteamiento del Ejecutivo supera el escenario del comercio exterior ya que incluye la asignatura de la I+D. El objetivo final, que está en el ADN del Plan de Industrialización del Ejecutivo, pasa por que "las pyme alcancen un tamaño y dimensión óptima que garantice su entrada en procesos de investigación, innovación e internacionalización de una manera más regular e integral".

Aunque entre los grandes exportadores vascos hay empresas de reducido tamaño, la mayoría de las sociedades pequeñas se encuentran con serios obstáculos a la hora de ensanchar horizontes. La labor de acompañamiento de la red internacional de Spri no es suficiente en algunos casos para animar a las empresas a dar ese salto y la opción de las fusiones puede ser una respuesta a ese problema.

El director general de Spri, Alex Arriola, admitió el pasado martes durante la asamblea de AVIC (Asociación Vasca de empresas de Ingeniería y Consultoría) la dificultad de avanzar en la internacionalización para las pequeñas empresas, que, en líneas generales, también están teniendo más problemas para resistir en medio de la prolongada tormenta de la crisis.

En esa línea, Arriola mostró a los asociados de AVIC la disposición del Gobierno de Iñigo Urkullu a apoyar concentraciones tanto temporales como permanentes y alentó a las pymes a explorar esa vía. Recordó así que el programa Lehiabide de Spri subvenciona, entre otras cuestiones, los procesos de integración y cooperación acometidos para ganar dimensión de cara a acceder a nuevos mercados.

El mensaje fue bien acogido por las consultorías e ingenierías vascas, a las que Arriola definió como los "ojos de las empresas" por los vínculos que mantienen con las compañías a las que prestan servicios. Las firmas representadas en AVIC acompañan a la industrias vascas en los procesos de internacionalización y los facilitan con su experiencia y conocimiento. Por ese motivo, el director general de Spri animó a las firmas de servicios avanzados de la CAV a acometer sus propios procesos de implantación exterior precisamente para establecer plataformas permanentes que arropen, junto a la red internacional del Gobierno Vasco, la llegada de otras sociedades. Una dinámica que abrirá asimismo nuevas oportunidades de negocio al sector que se reúne bajo el paraguas de AVIC, que prevé facturar este año un 5% más y romper la tendencia negativa de los últimos años.

Apoyo en los clúster La apuesta por fomentar las alianzas se reforzará además con un nuevo enfoque para los clústers sectoriales, recogido también en el Plan de Internacionalización que presentó el lehendakari el mes pasado. La idea es fomentar la cooperación de las empresas de cada clúster pero establecer al mismo tiempo líneas de colaboración entre los diferentes clústers y apoyar en esa red la promoción exterior de las pymes.

La actualización de los objetivos de los clústers están en fase de gestación y verá la luz en 2015, un ejercicio clave para dejar por fin la crisis en el retrovisor. En ese camino, los incentivos públicos a la internacionalización serán una de las herramientas clave para la mejora de la competitividad empresarial.

Todas las actuaciones del Ejecutivo vasco en esa dirección se agrupan en la Estrategia Basque Country, que tiene entre sus ejes la puesta en marcha de líneas de financiación y cooperación internacional y multilateral. En esencia, se trata de aunar esfuerzos del sector público y privado para avanzar hacia un uso más eficiente de los recursos, y esa "colaboración multiagente" permitirá a su vez a las compañías superar formulas de actividad empresarial que "presentan síntomas de agotamiento".

'Capilaridad' empresarial. El 95% de las empresas de la CAV tienen menos de 50 empleados y el 77% menos de diez, el umbral que se considera crítico para las mercantiles que deciden abrirse al exterior. En Alemania solo el 61% de las sociedades tienen nueve o menos trabajadores.

"Colaboración multiagente". Entre los principios del Plan de Industrialización 2014-2016 figura la apuesta por la colaboración interinstitucional y la colaboración público-privada para "reinventar fórmulas tradicionales" de desarrollo empresarial que "presentan síntomas de agotamiento". El Gobierno muestra su disposición a "liderar estas vías de cooperación que permitan un mejor alineamiento de los objetivos y un uso más eficientes de los recursos".