Bilbao- Cándido Méndez defiende su presencia en la cabecera de la manifestación principal de CCOO y UGT en Euskadi el Primero de Mayo. "Los trabajadores vascos tienen problemas comunes al resto", asegura.
Otros sindicatos han criticado la presencia de los líderes de CCOO y UGT en Euskadi el Primero de Mayo. ¿Por qué han elegido Bilbao?
-Por parte de ELA me sorprende que una organización afiliada a la Confederación Europea de Sindicatos (CES) critique que estemos en Bilbao. Pertenecemos a la misma familia sindical europea y mundial. Lo que habría que preguntar es por qué no podemos ir al País Vasco. Madrid no es el reflejo de lo que acontece en el conjunto del Estado, por lo que celebrar una fecha tan emblemática en Valencia o en Bilbao es positivo ya que permite identificar que la realidad de nuestro país es una realidad diversa. Los trabajadores vascos tienen problemas comunes al resto, hay problemas con la negociación colectiva muy serios, que no se pueden resolver haciendo bajar el convenio a la empresa. El 99% de las empresas tienen menos de 50 trabajadores y ahí es muy difícil llegar con un convenio si no es sectorial.
¿Centrará su discurso en el problema de los convenios vascos?
-Hay muchos motivos para ir a Bilbao, no solo por la negociación colectiva. Los últimos meses la destrucción de empleo en el País Vasco es comparable a la de Andalucía y Canarias. También está el problema de la devaluación salarial. Hay una serie de elementos por los que creo que cualquier sindicato debería entender como lógico, incluso necesario, el que los dos secretarios generales estemos en los actos de nuestros compañeros en Bilbao. Solo vamos a aportar nuestra presencia, el acto va a ser igual que años anteriores. A veces se pretenden dar interpretaciones retorcidas que no se corresponden con la realidad.
¿Cómo afronta el futuro su organización en Euskadi?
-La UGT vive desde hace años momentos difíciles. En la época ya superada del terrorismo nuestra organización era uno de los objetivos, he ido al País Vasco y he tenido que enarbolar una pancarta con mis compañeros defendiendo la libertad sindical. Pero mis compañeros están superando esas dificultades y la afiliación se mueve en niveles constantes. Seguimos teniendo importante notoriedad pública que se ha ganado a pulso, entre otras cosas por la capacidad de hacer propuestas.
UGT hace una apuesta abierta por el diálogo social, también en la CAV.
-A nivel europeo la CES reivindica la necesidad de abrir el diálogo social a todos los niveles. Es un instrumento que en ningún caso condiciona la capacidad de oposición a lo que hacen los gobiernos. El diálogo es un canal para buscar fórmulas que atenúen las políticas lesivas para los trabajadores.
¿Vería fructífero un diálogo en Euskadi sin la mayoría sindical?
-UGT y CCOO en el País Vasco tienen una representación importante que no se puede cortocircuitar y tienen el plus de la representación a nivel nacional. Esa reflexión la tendrá que hacer el Gobierno Vasco. Si llega a la conclusión de que le merece la pena debe hacerlo. Creo que sí le merece no solo al Gobierno, también a los trabajadores, buscar fórmulas para intentar reducir el paro juvenil, para promocionar la industria o para promocionar el empleo público. No podemos perder la ocasión de poner encima de la mesa nuestras alternativas. UGT tiene una norma, si nos llaman siempre vamos.
¿Hay margen para que los gobiernos autonómicos y el español cambien las políticas de Bruselas?
-Todo el mundo está enarbolando el mensaje de la recuperación. Debemos impulsar con nuestras alternativas la recuperación, diferenciando el objetivo de recuperación de los tambores y fanfarrias que acompañan a la recuperación. Hay que apostar por una recuperación que dé una solución a los jóvenes en paro y a los 3,5 millones de personas que llevan más de un año sin trabajar. Merece la pena sentarse a hablar de eso. Luego se podrá llegar a un acuerdo o no, pero ver al menos esa posibilidad. Sobre todo en una comunidad como el País Vasco donde hay independencia fiscal, es decir, se puede discutir también sobre la política de ingresos. Si se plantea la expectativa de la mesa nosotros no daremos el portazo.
En Navarra, donde UGT es mayoritario, los convenios incluyen subidas más bajas que los escasos convenios firmados en la CAV.
-Acaba de decirlo, los pocos convenios que se han firmado. ¿Cómo están los trabajadores que no tienen convenio? Estarán peor que los que sí tienen convenio de Navarra, de Castilla y León o la Comunidad Valenciana.
¿Más vale un convenio modesto que un 'no convenio'?
-No es eso, es que la reforma laboral ha pretendido acabar con los convenios. Preservar el convenio es una herramienta que te permitirá recuperar el poder adquisitivo perdido más adelante. Si no tienes convenio, no tienes esa herramienta. El País Vasco le ha tomado ya la delantera en nivel de paro a Navarra. Con los convenios en Navarra hemos mantenido el empleo y ahora nuestra estrategia va a ser aumentar el poder adquisitivo. Los sindicatos debemos implicarnos ahí, no podemos estar en una especie de espléndido aislamiento respecto a los trabajadores dejando que los convenios no se firmen. Si no la cobertura de los convenios en el País Vasco puede quedar en pocos años en el 20% como en Reino Unido.
Han retomado los contactos con Mariano Rajoy. ¿Qué tipo de acuerdos prevén alcanzar?
-El Gobierno aniquiló el diálogo social desde el inicio de la legislatura. No se ha limitado a hacer recortes laborales y sociales, ha ido más al con la ley del aborto o con la ley de seguridad ciudadana. Ahora, si el Gobierno cree que podemos abrir un escenario de diálogo iremos con nuestras propuestas. Con urgencia tenemos que definir un plan de apoyo a los jóvenes sin trabajo y no puede ser deteriorando sus condiciones como pide el Círculo de Empresarios, sino con contratos dignos. Si no se puede plantear la contratación, hay que mejorar la cualificación con una renta básica que garantice sus ingresos.
La línea del Gobierno del PP ha sido reducir la cobertura a los parados.
-Tenemos una divergencia frontal sobre la política general, pero eso no quiere decir que si se abre una oportunidad para atenuar la situación de estos jóvenes en paro no vamos a intentar aprovecharla. Luego está el debate de la reforma fiscal, hemos propuesto una serie de iniciativas que mejoren la recaudación, con una rebaja del IVA en los productos de primera necesidad, y combatan el fraude. También hay que reforzar el empleo público. De esto queremos hablar con el Gobierno. No sé si Bruselas le dará margen, o si el Gobierno querrá tener margen, pero vamos a ir a plantear nuestras propuestas.
Su primera entrevista con Mariano Rajoy fue muy criticada por coincidir con protestas multitudinarias.
-Nos convoco él. Solicitamos que se publicase una imagen y un comunicado de la reunión, porque prefiero tener que dar explicaciones de por qué me reuní a que la reunión se quede en la oscuridad y que la saque el Gobierno cuando le interese. En una sociedad democrática el Gobierno, mas allá de que haya incumplido de manera flagrante sus compromisos electorales, si te llama debe ser atendido.
Pero una 'foto' con los sindicatos refuerza al Gobierno contra el que van dirigidas las movilizaciones.
-No creo que ese encuentro pudiera perturbar el desarrollo de esas manifestaciones. La UGT estaba también en esas marchas, pero el encuentro no es incompatible con la movilización. Hay colectivos que pueden opinar de una forma y otros de otra, pero no nos podemos dejar condicionar. En esa reunión tuvimos la oportunidad de plantearle al Gobierno muchas de las cosas que se defendían en esas marchas. Aquello no creo que distorsionara las protestas sino al contrario, sirvió de revulsivo.
Las medidas contra las que convocaron dos huelgas generales siguen en pie. ¿Han renunciado a ese instrumento de presión?
-Contemplamos cualquier eventualidad, pero vamos a entrar en una etapa donde el protagonismo de la política va a ser muy importante. Tenemos que seguir en las movilizaciones a nivel europeo, defendiendo el programa de inversiones que hemos planteado, pero intentando arrancar ámbitos de negociación para resolver los problemas más acuciantes. En mayo hay elecciones europeas pero el año siguiente en primavera hay elecciones autonómicas y luego hay generales. Hay que llevar a la conclusión a los trabajadores que no es una buena solución desentenderse de las elecciones. Te desentiendes, se fraguan mayorías e imponen su ley. Estaremos en la movilización cuando sea conveniente. Digo conveniente porque en Grecia han convocado 29 huelgas generales y la traducción en una mejora de la situación de los trabajadores griegos no se ha producido. Eso nos debe hacer reflexionar.
Da la sensación de que lo confía todo a que las urnas devuelvan a la izquierda al poder pero el PSOE también se apuntó a los recortes.
-Tiene razón, pero supongo que hasta los partidos políticos aprenden. Ese es el problema, el desengaño, la frustración. Con la salvajada del recorte de Francia no están los partidos socialistas en una posición cómoda de cara a las elecciones europeas, pero la reflexión va más allá de lo que deben ser los partidos socialistas. Los trabajadores las herramientas que tenemos son los sindicatos, la movilización y las reglas de la democracia.
El Gobierno plantea que se van a crear 600.000 empleos.
-Ojalá sea verdad, pero no lo creo. Los descensos del paro son engañosos producidos por la caída de la población activa y el empleo que se crea es a tiempo parcial. El empleo precario no es solución.