GASTEIZ - Los sindicatos vascos aprovecharon ayer la celebración del Día de la Seguridad y la Salud en el Trabajo para hacer frente común en contra de los cambios que pretende introducir el Gobierno español en el ámbito de la salud laboral. "No queremos que las mutuas se conviertan en policías que persigan a los trabajadores", aseguró el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, ante la posibilidad de que sean las mutuas las que den de alta a los trabajadores como pretende el Ejecutivo del PP.

El mensaje también estuvo presente en las intervenciones de los líderes del resto de centrales sindicales en los actos de la jornada. ELA, CCOO y UGT celebraron asambleas de delegados sindicales en Bilbao, mientras que LAB se concentró ante la sede de la Seguridad Social en Donostia.

Los sindicatos perciben en la propuesta de reforzar el papel de las mutuas una auténtica amenaza, porque en su opinión los empresarios serán al final los que decidan cuando un empleado está preparado para volver a su puesto tras una enfermedad o un accidente laboral.

La oposición a esa reforma legislativa fue el hilo conductor de una jornada que también estuvo marcada por cuestiones como la incidencia de los recortes y la precariedad laboral en la siniestralidad o el papel de Osalan en la prevención de accidentes.

En Euskadi, el planteamiento del Gobierno central coincide con el hecho de que el presidente de Confebask, Miguel Ángel Lujua, sea también el director general de Mutualia. Una circunstancia que aviva los recelos de ELA. "No nos fiamos de él", indicó Adolfo Muñoz.

El secretario general de CCOO de Euskadi, Unai Sordo, recordó por su parte al Gobierno vasco que el anteproyecto de ley de mutuas supone "una invasión competencial a una competencia que tiene que ejercer Osakidetza en cuanto a las altas y las bajas por contingencias comunes". Por ello, emplazó al Ejecutivo de Urkullu a que "también en este sentido defienda el marco competencial vasco ante una ley de mutuas que puede dualizar el sistema de salud también en Euskadi".

Para el dirigente de UGT-Euskadi, Raúl Arza, la reforma que impulsa el Gabinete de Mariano Rajoy se trata de "un paso más en la privatización de las bajas por enfermedad común" al dar a las mutuas, "que generalmente no miran más que por los intereses de las empresas" la potestad de dar la altas. Incidiendo en las críticas, la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, exigió a los gobiernos vasco y navarro que "garanticen" la posibilidad de que la gestión de las bajas laborales "se realice por el servicio público" en lugar de por las mutuas.

Etxaide, tras denunciar las "responsabilidades políticas" por los casos de muerte en accidente laboral, censuró "la nueva reforma impuesta para hurtar al servicio público la gestión de las bajas laborales para dárselo a las mutuas".

El diálogo social vasco también planeó sobre el Día de la Salud Laboral cuando se intuye su arranque sin la participación de ELA. En ese contexto, Adolfo Muñoz mostró su disposición a tratar con el Gobierno de Urkullu cambios en Osalan y en la fundación para la formación continua Hobetuz para poner ambos organismos "al servicio de la formación y no de la financiación de las organizaciones" sindicales y patronal.

En línea con sus últimas manifestaciones, el líder de ELA se mostró dispuesto a alcanzar "acuerdos parciales", pero descartó de raíz un acuerdo general y sentarse en una mesa de negociación con la patronal, el Ejecutivo y el resto de sindicatos.

En cambio, para Unai Sordo es el momento de impulsar ese tipo de foros y pidió al lehendakari que no "maree la perdiz" y deje de "dar cancha" a ELA, a quien acusó de llevar a cabo una política de "tierra quemada". Añadió que si Urkullu debe decir si "va a aceptar el veto o chantaje de alguna organización cuyo único planteamiento es romper los escenarios de intervención sindical, por ejemplo de Osalan u Hobetuz", en referencia a ELA.