Gasteiz - La embajadora de Nicaragua, Verónica Rojas, lleva tres meses en el cargo y ha arrancado su agenda fuera de Madrid con un intenso viaje a la CAV. Durante sus reuniones con las cámaras de comercio y el lehendakari, se ha sembrado la simiente de una misión comercial a Centroamérica.

¿Qué conclusiones sacan de esta visita a Euskadi? ¿Hay opciones de negocio entre ambos países?

-Nosotros esperamos que el resultado de esta gira, que ha sido bien cargada, sea altamente positivo para ambas sociedades. Tenemos demanda que coincide con la oferta que ustedes tienen aquí. Tienen una gran experiencia en industria, en automoción, en transporte y Nicaragua está en un momento de despegue hacia el desarrollo. Tenemos gran demanda de inversiones. Nosotros ofertamos un marco jurídico muy seguro, ofertamos la seguridad ciudadana, somos el país más seguro de Centroamérica y el segundo de América Latina. Tenemos además diferentes valores ciudadanos, que son garantía de desarrollo seguro. Por ejemplo, la colaboración público-privada dentro de la Constitución. No es solamente un tema de nuestro gobierno sino que trasciende y pasa a ser una política de Estado. En la superestructura jurídica estamos cumpliendo todos los requisitos para ser un país altamente potencial para la inversión y estamos intentando captar el interés vasco.

¿Qué impresión les ha causado el contacto con la empresa vasca?

-Tuvimos contacto con las tres cámaras vascas, con diferentes niveles de profundidad, pero en los tres lugares hemos encontrado apertura e interés, el interés que se revela cuando se explica esto es Nicaragua. Estamos en el centro de América central, somos el país más grande de la zona con 6,11 millones de habitantes. Somos el país más seguro, pero principalmente somos productores de materia prima y queremos transformar esa materia prima. Y a la par tenemos grandes proyectos en refinería o hidroeléctrica. Está el gran canal, en el que hay oportunidades para constructores y se puede participar en obras de ferrocarril, aeropuertos, puertos...

¿El objetivo es que las empresas vascas se implanten allí o se busca más la inversión y exportación?

-Las dos cosas. Es que las empresas vascas puedan instalarse en Nicaragua, darnos tecnología, ganar allí, transformar los productos de acuerdo a las normas europeas y exportar hacia acá. El proceso es producir y exportar. Puede ser en una asociación vasco-nicaragüense o una inversión solo vasca o puede ser venta de servicios, tecnología, etc. Andamos despertando el interés y como meta le decíamos al lehendakari que quizás en septiembre u octubre logremos organizar una misión de empresarios vascos hacia Nicaragua, una gira que puede cubrir toda Centroamérica.

¿Qué nivel de implantación extranjera hay en Nicaragua?

-Principalmente el sector de bienes y servicios está en manos privadas y el Estado participa en los servicios muy estratégicos. En la distribución de energía eléctrica tenemos un distribuidor español, pero también está el Estado. En turismo, tenemos Barceló, capital ibérico, treinta años allá instalado. Tenemos el grupo Pantaleón, centroamericano pero con capital foráneo, que procesa azúcar. También hay pequeñas inversiones extranjeras dirigidas a la transformación de la minería artesanal. Bueno, para ustedes pequeñas, para nosotros no tanto. Tenemos una hidroeléctrica, los recursos son nuestros, el agua, el río, pero el capital es brasileño.

Nicaragua está en el mapa económico, ¿necesita un último empujón?

-Sí, lo que nos hace falta es ser más reconocido en este lado y nos interesa entrar por aquí, porque creemos que nuestra necesidad y la necesidad del capital vasco tienen el mismo objetivo y podemos entendernos.

Da la impresión de que su interés está muy focalizado en Euskadi.

-Tenemos dos razones, una histórica y una de actualidad. La histórica es que durante la última mitad del siglo pasado hubo una relación bastante fuerte entre el pueblo vasco y el nicaragüense. Nos conocemos. Hemos convivido. Es una cooperación que se ha mantenido a lo largo del tiempo y hay mucha colaboración. Esto en negocios es importante, porque tienes que conocer, tener confianza. Y la otra razón es la actual de necesidad, el País Vasco tiene mucha experiencia tecnológica y en automoción. Nosotros tenemos los recursos, nos hace falta el capital.

¿Van a visitar otras comunidades?

-Vamos a visitar 6 comunidades más. Las hemos seleccionado por la capacidad de exportar experiencias, conocimiento hacia nuestro país.

¿En qué momento está Nicaragua?

-Nicaragua está en el momento en el que no tenemos una velocidad de crecimiento como la de los países emergentes pero estamos con un crecimiento sostenido y seguro. Podemos decirlo por la seguridad ciudadana. Además hemos elevado la competitividad a partir de un cambio en la matriz energética. La energía para los procesos industriales es determinante en los costos y nosotros en siete años hemos alcanzado el 58% de autoabastecimiento proveniente de renovables. El objetivo es llegar al 80% en torno a 2017 o 2020. Cuando estemos allí vamos a tener una de las energías más seguras para el planeta.

¿Y cómo se está produciendo esa revolución? ¿Con incentivos del Estado o por el sector privado?

-Ofrecemos el marco jurídico adecuado para la inversión a través de la relación público-privado. Es parte de nuestra Constitución, todo lo que vamos haciendo lo hacemos de común acuerdo, lo cual cuesta, ¿verdad? Hay que explicar, hay que convencer y encontrar el balance. Ese balance nos permite decir que uno de los principios básicos de nuestra sociedad es el consenso nacional. Por lo tanto, tenemos paz social, por eso podemos pensar que vamos a desarrollar a un ritmo, no el que quisiéramos. Vamos despacio, pero seguro.

Esa estrategia requiere de un Gobierno fuerte.

-El Gobierno es fuerte en la medida que logre consenso nacional. Un ejemplo es la mesa tripartita que nos ha permitido mantener la inversión extranjera tranquila. La inversión extranjera es algo muy arisco, cualquier movimiento no gusta y hemos logrado mantenerla porque hay un diálogo en la economía entre Estado, empresarios y trabajadores. En ese diálogo permanente vamos tomando decisiones. Como en la reforma fiscal, la redistribución del ingreso. Nos llevó meses pero lo hicimos.

¿Cómo se ve desde Nicaragua la crisis, han tenido su particular 'golpe de mar' en la tormenta?

-Si lo tuvimos, lo notamos en el comercio internacional, principalmente en el estadounidense, el europeo y el japonés y eso nos afectó. Pero no perdimos el timón. En 2012 crecimos un 5% y en 2013, el 4,6%. Perdimos 4 décimas, pero mantuvimos el rumbo de crecimiento. No es un golpe de suerte, se debe a que estamos cambiando la estructura económica. Somos menos dependientes, estamos diversificando más mercado y eso nos permite equilibrar la balanza.

Su visita se produce en un momento en el que la economía despierta.

Llevamos tres meses en el cargo y lo normal siendo diplomáticos y teniendo al cargo la promoción del país es movernos y darnos a conocer. Buscar espacio para nuestros productos y tocar puertas. Más bien es nuestro caso coincide con que sí hay un despertar en la economía, son dos razones convergentes. Me decían empresarios que conocen Nicaragua por el avance social, pero poco por el avance económico y estamos aquí para completar información.