BILBAO. La resaca de la sentencia por la demanda colectiva de las subordinadas de Eroski estuvo ayer marcada por los primeros movimientos de otros titulares de las preferentes vascas y por la lectura más detallada del fallo que obliga al BBVA a devolver con intereses la inversión. Adicae reunió ayer en Bilbao a los preferentistas incluidos en la querella y también a los posibles protagonistas de nuevas actuaciones judiciales. Sobre la mesa hay 40.000 denunciantes virtuales -los clientes que contrataron las aportaciones de Eroski y Fagor- y a tenor del interés se intuye una avalancha de reclamaciones. El teléfono de Adicae estuvo "colapsado todo el día" y la sala en la que se celebró el encuentro se llenó.

Mientras, la letra pequeña de la sentencia que anula los contratos de 68 preferentistas supuso un pequeño revés para los de mayor antigüedad. En su caso, el balance entre los intereses que deben devolver al banco y la actualización de la inversión inicial supondrá que a efectos prácticos tendrán una quita en la recuperación del dinero. Un cliente que acudió a la emisión de 2004 con un capital de 10.000 euros recibiría 14.810 euros con la actualización y la devolución de los gastos de custodia si se hace firme la sentencia, pero tendría que devolver intereses por valor de 5.805 euros.

ejemplos prácticos De este modo, la suma entre lo que entra y lo que sale en la cuenta del inversor rebaja hasta 9.005 euros los fondos recuperados. La cuenta es más favorable si se han cobrado menos intereses y en esa situación están los preferentistas más recientes. En las mismas condiciones que el caso anterior, un inversor de la emisión de 2007 cobraría 10.322 euros, arañaría una cantidad mínima por la actualización del capital que no alcanzaría ni los intereses de un plazo fijo ordinario, pero al menos mantendría intacto el capital inicial. Una victoria moral.

Son las consecuencias de la decisión judicial que anula los contratos firmados por los clientes con el banco, una circunstancia que no se contempla en la propuesta elaborada en la mediación de Kontsumobide. De hecho, la compensación planteada por el órgano de arbitraje supone una pérdida del 30% de la inversión, pero el preferentista no está obligado a devolver los intereses disfrutados. Por ello, aunque siguiendo el caso anterior el cliente pierde de salida 3.000 euros se compensa esa quita el con el rendimiento generado hasta ahora y el que se producirá en el futuro con el nuevo bono a 12 años. Y para los que se adhieran a Kontsumobide la antigüedad tiene el efecto contrario: los que contrataron el producto financiero en 2004 salen más beneficiados que los que lo hicieron en 2007. La regla general es que la compensación es mayor cuanto más años de vida tiene la aportación financiera y hay una diferencia de casi dos mil euros entre los dos ejemplos prácticos, 12.700 frente a 10.940 euros, cifras ambas por encima de las de la sentencia.

Sin embargo, el laudo de Kontsumobide no proporciona la misma liquidez que la sentencia del juez Mario Bermúdez. Primero porque ofrece un pago inicial del 15% de la inversión y el 55% a cobrar restante se difiere a través del bono a 12 años. Pero también debido a que el balance final de la mediación se eleva mucho por el impacto de los intereses ya cobrados e incluso gastados, por lo que distorsiona en cierta medida la comparación con los ingresos que recibirán los promotores de la demanda colectiva liderada por Adicae.

Algunos de ellos llamaron la atención sobre esa circunstancia en la reunión convocada ayer por la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros. También sobre otros flecos pendientes como es el caso del IRPF que han pagado a Hacienda por los intereses generados. Los responsables de Adicae les explicaron que tendrán que presentar a la Diputación declaraciones complementarias para que les reintegren ese capital y los afectados, muchos de ellos de avanzada edad, solicitaron que se establezcan unas reglas comunes para facilitar esa actuación que ven fuera de su alcance.

Mostraron asimismo preocupación por el retraso en el cobro que supondrá la presentación del recurso por parte del BBVA. Si el caso llega al Supremo, podrían tardar cerca de dos años en recibir el dinero, eso si se confirma la sentencia. De momento, han "recuperado la moral" y además abierto la puerta a otros procesos judiciales. Adicae está sentando las bases de nuevas demandas colectivas y más de un centenar de personas ya avanzaron su intención de seguir esa vía.