MADRID. La Encuesta de Población Activa (EPA) de 2013 vuelve a ser negativa, con el único paliativo de que es menos mala que la de los años anteriores. El año pasado el mercado laboral español perdió otros 200.000 puestos de trabajo, que sumados a los que se destruyeron en 2012 dejan en evidencia la nula capacidad del Gobierno de Mariano Rajoy para devolver la salud al empleo: en dos años el número de personas con trabajo ha bajado en más de un millón. El PP vuelve a agarrarse a un tímido descenso de la población parada, producido porque muchas personas, sobre todo jóvenes, dejan de buscar trabajo o se marchan a buscarlo al extranjero, para alabar sus reformas y avanzar brotes verdes en 2014.

El Estado español acumula ya seis años con malos datos de empleo. El problema de la falta de oportunidades laborales, que se traduce en casi seis millones de parados, comienza a enquistarse a pesar de que otros indicadores macroeconómicos mejoran. Mientras España parece haber dejado atrás los problemas para acceder a financiación en los mercados y el PIB apunta a un leve repunte en 2014, el mercado laboral aún no da muestras claras de poder recuperar el tono. Ni siquiera el último trimestre de 2013, en el que sobre todo diciembre fue bueno en términos de afiliación a la Seguridad Social, pudo sostener los niveles de empleo.

La pérdida de ocupados en 2013, centrada en los menores de 35 años, hace que los dos primeros años con Rajoy en la Moncloa se salden con una destrucción de 1.049.300 puestos de trabajo. Aunque los datos negativos vienen de atrás, es reseñable que la reforma laboral aprobada en febrero de 2012, tan aplaudida por Bruselas y otros organismos macroeconómicos, ni mucho menos ha servido para detener una hemorragia que se cobra ya más de tres millones y medio de empleos desde 2008.

Sí es cierto que, junto con 2010, el año pasado fue el menos malo en este apartado, como subrayó el Gobierno español, que se aferra a este "cambio de tendencia" para asegurar que en 2014 se crearán más puestos de trabajo de los que se destruirán.

Esto será posible, como reconoce el propio Ejecutivo, con un crecimiento del PIB que apenas alcanzará el 1%. Y es que estas estimaciones optimistas cuentan con que buena parte de los nuevos empleos vendrán de la mano de la precariedad. Los cambios en la legislación que ha impulsado el PP, sobre todo la apuesta por el contrato a tiempo parcial y la reducción de los salarios, serán los motores que permitirán, siempre según los cálculos del Ejecutivo, que España empiece a crear empleo este año.

De hecho, uno de los factores que de alguna manera sujetaron la ocupación el año pasado fue el fuerte incremento de la contratación parcial. Mientras los trabajadores a tiempo completo bajaron en 340.000, los que trabajan a media jornada aumentaron en más de 140.000. En este contexto de continua pérdida de empleados, el paro se redujo por primera vez desde 2007 en 69.000 afectados hasta los 5,9 millones. Pese al descenso, la tasa sube ligeramente hasta situarse por encima del 26%, una variación en la que tiene mucho que ver el descenso de la población activa. Este es el motivo por el que los servicios estadísticos cada vez contabilizan menos parados a pesar de que cada vez hay menos empleo disponible. Ante la falta de oportunidades, cada vez más parados abandonan la búsqueda de empleo para dedicarse a otras actividades o se marchan al extranjero, de manera que la población activa -personas en edad de trabajar y que están buscando trabajo- cae al nivel de 2008.

Con esta radiografía, sindicatos y oposición lamentaron la elevada destrucción de empleo y acusaron al PP de "vender humo". El diputado en el Congreso del PNV, Emilio Olabarria, dijo que la EPA es "realmente preocupante" y afirmó que la moderación de la destrucción de empleo es "cosmética". Olabarria puso en duda que en 2014 la economía española vaya a poder mejorar la situación laboral y denunció la "bajísima calidad" de los puestos ligados a la campaña navideña y a las rebajas.

Buen cierre en la CAV Tampoco son buenos los datos relativos a la CAV, donde el año pasado se perdieron 12.700 puestos de trabajo. La EPA contradice los datos del Eustat, que calculan un incremento de los ocupados, pero sí coincide con la reducción de la afiliación a la Seguridad Social. En todo caso, hay que destacar el buen cierre del año ya que entre octubre y diciembre la economía vasca creó más de 17.000 empleos, lo que confirma que el grueso de la destrucción se centró en la primera parte del año y sin duda un buen síntoma de cara al presente ejercicio.

Como en el conjunto del Estado, el paro bajó en la CAV el año pasado, en concreto en 4.400 personas, lo que permite a la tasa vasca, en el 15,76%, mantenerse como la más baja de entre todas las comunidades autónomas. En la misma línea, el total de parados navarros bajó en 2.500 el año pasado, de manera que la Comunidad Foral sigue con la segunda menor tasa de paro del Estado, aunque en el lado negativo se perdieron 6.500 empleos.