El comité reclama al inversor interesado

en Kider que saque adelante la empresa

La salud de la tesorería es crítica a días para que se decida si se liquida la firma

adrián legasa

bilbao. Los representantes de los trabajadores de Kider denunciaron ayer la actitud de los actuales propietarios de la compañía y su "desinterés" en trazar un proyecto viable para devolver a flote la empresa. A escasas semanas para que la administración concursal entregue su veredicto al juez sobre el futuro de la firma, los trabajadores se agarran a la posible entrada de un inversor interesado en hacerse con el grupo, que tal y como informó este diario ayer se trata de un fondo de inversión estadounidense, como única opción para mantener sus puestos de trabajo.

Los sindicatos de los cinco centros de trabajo de Kider en Euskadi, repartidos entre Barakaldo, Murga y Amurrio, realizaron ayer una comparecencia en la sede de ELA para denunciar la situación en la que se encuentra la compañía y pedir a las instituciones vascas que se impliquen para salvar los 400 empleos directos, más otros 800 indirectos, que dependen de este grupo industrial. Kider se dedica al diseño y fabricación de mobiliario y equipamiento comercial y entró en concurso de acreedores en junio después de que la dirección intentase aplicar diversas medidas para adelgazar la plantilla y los costes laborales que finalmente no fructificaron, entre ellas un ERE de extinción para 150 personas y un plan de bajas incentivadas.

El concurso de acreedores no ha mejorado la salud de la empresa y desde los sindicatos se achaca esta deriva al hecho de que los accionistas, La Caixa y la familia Lecertua, "no están interesados en mantener la actividad de Kider y prefieren dedicarse a otros negocios". Los representantes sindicales indicaban ayer que los esfuerzos por atraer nuevos inversores los está realizando el propio comité ante la situación "crítica" que vive la empresa, abocada a la liquidación. "La tesorería ya no se sostiene", indicaban ayer los trabajadores, que temen que no haya dinero para cobrar las nóminas de diciembre.

El único rayo de luz emana de un fondo de inversión interesado en comprar el grupo, en el que el comité deposita sus esperanzas. Se trata de una sociedad, con capital estadounidense principalmente, especializada en reflotar compañías que están cerca de bajar la persiana para luego venderlas saneadas, y que ya se ha hecho cargo anteriormente de un par de firmas vascas de cierto tamaño. El problema es que el tiempo se agota ya que el 15 de diciembre concluye el plazo del concurso y el administrador deberá decidir si la empresa va o no a la liquidación, y de momento pintan bastos. "Lo que pedimos a ese inversor es que se acerque, que se le vea y se le oiga para que entre todos podamos sacar esto adelante y evitemos la liquidación", pedía la plantilla.

Los propios sindicatos han pedido a la administración concursal que se acoja a un ERE de suspensión temporal para los meses de diciembre y enero, a fin de aliviar los problemas de tesorería y dar tiempo a los nuevos inversores a poder tomar las riendas de la firma con unas mínimas garantías de resucirtarla.

Los trabajadores de Kider, ayer. Foto: juan lazkano