bilbao. La larga travesía por el desierto de Kider va camino de terminar de la peor manera posible. La empresa de fabricación de mobiliario comercial está en concurso de acreedores desde junio y nada indica que vaya a salir del bache. Según ha podido saber este diario, la dirección negocia la venta de la empresa a un fondo de inversión estadounidense pero no hay visos de que el comprador traiga un plan industrial bajo el brazo. Entre la plantilla se ha extendido el convencimiento de que la operación se realiza con el objetivo de desmantelar las instalaciones de Barakaldo, Murga y Amurrio, lo que supondría 400 despidos y la pérdida de varios cientos de empleos indirectos.

Tal es la poca confianza de los trabajadores en el futuro comprador que los propios representantes sindicales han pedido a la administración concursal que presente un ERE de suspensión de empleo para los meses de diciembre y enero, una medida que aunque insólita por venir de la parte social podría servir como asidero para evitar la liquidación. Y es que los 400 trabajadores no tienen siquiera asegurada la nómina de diciembre, y el ERE sería una fórmula para mantener los ingresos además de una muestra de compromiso por parte de la plantilla ante el nuevo propietario.

El pasado 15 de noviembre la administración concursal iba a presentar un informe al juez sobre la situación de la compañía, que fabrica mobiliario y otro tipo de material para centros comerciales e industriales, de cara a decidir si hay posibilidades de sacarla a flote o si es inevitable la liquidación. Pero el veredicto se ha retrasado al próximo día 15 de diciembre ante el interés de un fondo de inversión por hacerse con la empresa. Se trata de un inversor que ya ha realizado operaciones similares con otras firmas en peligro de muerte, y cuya adquisición dependería en todo caso de que sea autorizada por el juez. En un principio los actuales propietarios están dispuestos a materializar la venta, aunque entre la plantilla se ha extendido el miedo de que la compra solo será el paso previo antes de bajar la persiana.

Los sindicatos con representación en las plantas de Barakaldo, Murga y Amurrio -Kider cuenta también con un almacén en Peralta, así como instalaciones en Francia e India-, llevan tiempo exigiendo a las diputaciones vizcaína y alavesa y al Gobierno Vasco que se impliquen en dar una salida sólida a la empresa, al entender que los accionistas -la familia Lecertua y La Caixa- no confían en el proyecto. En el último año han presentado un ERE para despedir a 150 empleados que fue retirado tras una huelga, así como un plan de bajas incentivadas para reducir plantilla, que finalmente tampoco fructificó. La empresa calcula que el negocio ha bajado un 45% desde 2008.

En este sentido, los sindicatos denunciaban hace un mes que los propietarios "ponen todo tipo de trabas" a la llegada de nuevos inversores, y advertían de que "no se ha hecho ningún intento serio" para sacar adelante la firma. La propuesta del nuevo comprador está bastante avanzada y no disgusta a los actuales accionistas, aunque el perfil del posible comprador ha disparado los temores de los trabajadores ya que no se trata de un grupo con bagaje industrial. Se teme que el fondo de inversión estadounidense busque comprar la firma a bajo coste para cerrarla y venderla por partes para hacer negocio rápido.

Este escenario dejaría en la calle a más de 400 personas en Euskadi y destruiría cientos de empleos indirectos, con lo que la pérdida de puestos de trabajo rozaría los mil. Kider ha pasado otros momentos malos pero parece que este puede ser el último paso hacia el cierre definitivo. De hecho ya ha habido meses en los que los empleados no han recibido su nómina, si bien a raíz de la entrada en concurso de acreedores se regularizó su situación.

Tras seis meses en concurso la situación vuelve a ser crítica y podría no haber dinero para pagar en diciembre. La propuesta sindical de acogerse a un ERE para los meses de diciembre y enero también ha sido bien acogida por la dirección, por lo que la medida podría hacerse efectiva a comienzos del mes que viene en lo que se cierra el traspaso.

la crisis de kider

l ERE de extinción. En enero de este año la dirección de Kider presentó un ERE para 147 empleados, aunque finalmente la oposición de los trabajadores logró pararlo.

l Plan de bajas. También se presentó un plan de prejubilaciones, aunque quedó anulado ante el elevado número de solicitudes al no poder pagar a todos.

l Concurso. Kider pidió el concurso de acreedores en junio ante las dificultades para pagar los salarios.

l Venta a un fondo de inversión. Tras casi medio año en concurso, ahora se abre la posibilidad de integrar el grupo en un fondo americano, aunque hay serias dudas sobre si se podrá reflotar la firma.