BARCELONA. En una comparecencia ante la comisión de investigación del Parlamento catalán sobre la actuación de las entidades financieras en Cataluña, Rato se ha escudado en el criterio del Banco de España, en los informes de los auditores o bien en la supervisión de la CNMV para justificar, respectivamente, la fusión de Caja Madrid con Bancaja y otras cinco cajas locales, la salida a bolsa de Bankia o bien el canje de preferentes por acciones de esa entidad.
Rato ha afirmado que en su etapa como presidente de Bankia, cargo del que dimitió el 7 de mayo de 2012, provisionó 22.500 millones y se dedicó a sanear la entidad y a cerrar oficinas, cumpliendo con los requisitos de capital para las entidades financieras marcados por las autoridades.
En cuanto a si asumía algún tipo de responsabilidad civil, penal o patrimonial por Bankia y si consideraba que debía estar en prisión, Rato se ha limitado a responder que se hacía "responsable" de las decisiones que se tomaron durante su mandato desde finales de enero de 2010, cuando se convirtió en presidente de Caja Madrid, hasta mayo de 2012, al dejar Bankia.
Rato, que durante toda su comparecencia ha optado por respuestas escuetas y que ha evitado replicar a las críticas de algunos grupos, ha comentado que no emitió ninguna preferente durante su mandato, que en el canje de preferentes por acciones de Bankia "todo pasó por el supervisor", en alusión a la CNMV, y que ningún titular de esos productos híbridos estaba "obligado" a acudir al canje.
El exministro ha advertido al inicio de su intervención de que se limitaría a repetir algunas reflexiones de su comparecencia en el Congreso y que estaba condicionado por el proceso judicial abierto en la Audiencia Nacional, por lo que no podía extenderse en consideraciones personales.
El momento más tenso de la comparecencia se ha producido cuando el diputado David Fernández, de las CUP, una formación independentista de extrema izquierda, ha amagado con lanzarle una sandalia, y le ha dicho "gángster" y que le esperaba "en el infierno".
Durante el resto de la sesión, Rato, al que se acusa de estafa, apropiación indebida, falsedad contable, delito societario y administración desleal por Bankia, ha afirmado que los riesgos de "balance" de la entidad figuraban en el folleto correspondiente a la salida a bolsa.
Rato ha dado a entender durante toda su intervención que su actuación se ajustó a la legalidad y a los requisitos marcados por el Banco de España y otras autoridades.
Ha repetido que el Banco de España "impelió" a Caja Madrid a fusionarse con Bancaja, y ha remarcado que al dimitir como presidente de Bankia su cotización caída, pero de forma "equiparable a la del resto de entidades" financieras españolas.
Para subrayar la coyuntura "no normal" que le tocó vivir al frente de Bankia, ha asegurado que la prima de riesgo cuando abandonó Bankia estaba disparada.
Rato ha aclarado que no recibió ninguna indemnización al dejar Bankia en manos de José Ignacio Goirigolzarri y que en su último año al frente de esta entidad cobró 600.000 euros.