La negociación colectiva en Euskadi >
Los convenios llegan a un callejón sin salida
w Desde el 7 de julio se han renovado solo diez acuerdos y otros cien corren peligro de desaparecer w La apuesta de LAB por la confrontación constata la dificultad de avanzar más en la negociación sectorial
Adrián Legasa
VITORIA. Desde el 7 de julio han sido rescatados una decena de convenios colectivos vascos gracias a alianzas puntuales entre CCOO, UGT y LAB. Un centenar de acuerdos, con 293.000 trabajadores, siguen pendientes de renovación. Aunque no todos han consumido ya el año de gracia que concede la reforma laboral, sí se puede afirmar que, de esta centena, 46 van camino de desaparecer ya que ELA cuenta con más del 50% de la representación en la mesa de negociación. Sobre el otro medio centenar, entre los que se encuentran los tres pactos del metal, no hay buenos augurios. La apuesta de LAB, convertida en central llave en las relaciones laborales, por generar un clima de conflictividad en las empresas es sintomática de las pocas posibilidades que quedan de avanzar en la suscripción de acuerdos sectoriales. La negociación colectiva ha llegado a un callejón sin salida.
Aunque la mayor parte perdieron valor legal el 7 de julio -una veintena de pactos agotados aún pueden salvarse de la reforma laboral en los tribunales- los empresarios vascos están respetando, por lo general, las condiciones recogidas en los convenios sectoriales de la CAV. Lo harán hasta final de año, incluso podrían ampliar la moratoria, pero los sindicatos temen el momento en que las empresas empiecen a desvincularse escalonadamente de su referencia de sector. Una salida para impedirlo es un acuerdo entre Confebask, LAB, CCOO y UGT para rescatar del limbo los convenios con la ultraactividad agotada -el que no fue posible ni en diciembre de 2011 ni el pasado mes de julio-.
Pero en los cuatro meses que han transcurrido desde el 7 de julio no ha habido negociaciones formales. La brecha entre la patronal y LAB en las cuestiones clave de la reforma laboral, como la ultraactividad limitada o el arbitraje obligatorio, parece insalvable.
El otro camino, mucho más intrincado, es resucitar los convenios uno por uno. Pero en este caso la postura de ELA, en las antípodas de las patronales, bloquea el proceso en buena parte de los casos. En concreto, ELA tiene más del 50% de la representación en 46 sectores -de un total de 125- con unos 85.000 trabajadores, que quedan prácticamente descartados de poder ser renovados.
Del otro medio centenar de convenios caducados, una parte -no todos dado que en algunas mesas entran en juego centrales minoritarias o sectoriales- podría salir adelante con una alianza CCOO-UGT-LAB. En este grupo se encuentran los convenios del metal de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, que engloban a más de 100.000 metalúrgicos.
Pero el recorrido de esta vía tiene muchas limitaciones. El mejor ejemplo lo constituyen las negociaciones en el metal alavés, de las que LAB decidió desmarcarse. "Se llegó a un acuerdo favorable, que yo creo que era firmable, pero LAB tuvo vértigo de firmar un convenio en el que no estuviera ELA. Fue una pena, porque ese acuerdo hubiera podido servir de base para el metal vizcaíno y guipuzcoano", opina Mari Cruz Vicente, responsable de Acción Sindical de CCOO-Euskadi.
Vicente lamenta que, pese al puñado de convenios renovados, la situación no ha variado después del 7 de julio. "No damos por cerradas las mesas, pero lo cierto es que seguimos en una situación muy mala", afirma Vicente, que recuerda que, de los cien convenios caducados, 70 han cumplido el periodo de un año de ultraactividad, por lo que parecen sentenciados. Dentro de la otra treintena, entre los que hay sectores de peso como el de Oficinas y Despachos de Bizkaia -los trabajadores vienen desarrollando movilizaciones para defender el convenio- los que se renovarán son una minoría.
Por otro lado, los sindicatos reiteran que cuarenta convenios, la mitad de los cuales expiró el 7 de julio, incluyen la ultraactividad indefinida. En la primera sentencia sobre este asunto en la CAV, los jueces han apoyado la visión sindical y han prolongado la vida del convenio de artes gráficas de Bizkaia, lo que apunta a que todos estos acuerdos podrían conservar su valor legal a pesar de no ser renovados.
Cambio de LAB Lo ocurrido en el sector del metal de Araba es significativo de las dificultades que existen en las mesas que no controla ELA. El sindicato LAB es llave en muchas de ellas pero no siempre sus demandas coinciden con las de CCOO, UGT o los empresarios. LAB reconoce que coincidir en más sectores con los dos sindicatos estatales es complicado, y basará a partir de ahora su estrategia en movilizar a los trabajadores, fundamentalmente en las empresas.
Como remarcan desde la central afín a la izquierda abertzale, no se trata de una renuncia a los convenios sectoriales, pero sí es un síntoma de las escasas expectativas que tiene el sindicato de poder acordar más convenios. Aunque tanto LAB como CCOO y UGT los defienden como el mejor mecanismo para garantizar los derechos, la reforma laboral y sobre todo la distinta lectura que hacen de ella los sindicatos han dejado la mayoría de pactos sectoriales parados en vía muerta.
Esto deja como única vía para evitar la entrada en Euskadi de los convenios de ámbito estatal la suscripción de acuerdos de empresa, y hacia ahí puso la proa hace tiempo el sindicato ELA. En el caso de LAB, ha decidido centrar "la lucha" en las empresas para firmar convenios de este tipo, aunque considera que la movilización puede dar frutos también en el ámbito sectorial.
Aunque no se cierra a negociar, la revisión de la estrategia de la central que dirige Ainhoa Etxaide supone más leña para el fuego de la creciente conflictividad laboral. De hecho, la propia Etxaide ha comunicado recientemente al consejero de Empleo, Juan María Aburto, que el sindicato ha optado por la vía de la confrontación.
Se trata de una mala noticia para las empresas, que a través de las tres patronales territoriales vienen insistiendo a los sindicatos de la importancia de llegar a acuerdos para no lastrar la competitividad de Euskadi. En cualquier caso, desde la patronal vizcaína recuerdan que, "salvo casos justificados", las empresas no están saltándose los convenios que han perdido su fuerza legal el 7 de julio, sino que están manteniendo los salarios. Cebek no entiende la posición "maximalista" de ELA y, a pesar de la visión de Etxaide, continúa invitando a LAB a sumarse a un acuerdo para activar la negociación colectiva en todos los sectores o, al menos, seguir buscando la suscripción de acuerdos sector por sector.