MÁS allá de la razón pueden estar la locura y el absurdo, pero también la pasión. Así que habrá que tener la mente abierta -también en el mundo del automóvil- para entender y aceptar que nuestros criterios, gustos, opiniones o preferencias puede que el resto de las personas no los entienda en el mismo sentido o que incluso discrepe abiertamente de ellos. Viene toda esta introducción al hilo de dar a conocer un coche que comparte medidas con el resto de sus homónimos fabricados en Pamplona por Volkswagen Navarra, pero que se diferencia de ellos en numerosos y determinantes apartados, y que responde al nombre de Polo R WRC. Se trata del Polo más potente y caro fabricado hasta la fecha, ha sido presentado recientemente en el Salón de Barcelona y traslada al mercado del automóvil las sensaciones y cualidades, aunque lógicamente atemperadas, del modelo con el que Volkswagen está dominando con autoridad el Campeonato del Mundo de Rallyes 2013.

Comparte con otras versiones del Polo su carrocería de tres puertas (aquí con 4,064 metros de largura, 1,682 de anchura, 1,462 de altura y 2,470 de distancia entre ejes), la disposición de motor transversal ubicado sobre el eje delantero, la caja de cambios manual de seis marchas y hasta el esquema de suspensiones (delantera MacPherson y trasera de eje torsional), pero a partir de aquí el resto son todo diferencias, muchas y sustanciales. Esta joya de cuatro ruedas, que ya está a la venta en el mercado español y cuyos ejemplares comenzarán a llegar a partir de noviembre de 2013, es en muchos sentidos una máquina superlativa, una exquisitez para paladares que sepan y puedan valorarla en toda su dimensión. Primero, porque serán pocas las unidades que se producirán en la planta de Landaben, en total 2.500 -cada una numerada en el alerón posterior- y, segundo, porque esta rara avis costará la bonita cantidad de 34.860 euros. A muchos compradores la cifra les parecerá desproporcionada, pero esa misma sensación tenía este redactor hace un par de años mientras sostenía entre sus dedos un pequeño e insignificante diamante de 36.000 euros (seis millones de las antiguas pesetas) durante la visita a un taller que trabajaba piedras preciosas en los Países Bajos. ¿Se pueden imaginar la cantidad de Polos que deben pasar por las manos de un operario de VW Navarra hasta que reúna la cuantía de dinero que costaba ese diamante o el nuevo Polo R WRC? Muchos, muchísimos, pero nosotros sin duda que nos quedamos antes con el diamante de Volkswagen.

ÚNICO Y Emocionante No sé si han tenido la oportunidad de conducir un coche de tamaño pequeño o compacto con un nivel de potencia y prestaciones como los que exhibe este Polo, pero les aseguro que la experiencia merece la pena. Puede que no sea el coche de su vida, aunque estoy seguro de que tras conducirlo habrá un antes y un después, y ya no lo mirarán solo como un capricho caro para enamorados de las sensaciones fuertes.

El nuevo Volkswagen Polo R WRC promete ser único y emocionante. Sus datos técnicos lo anuncian abiertamente: motor de gasolina de inyección directa sobrealimentado, con 1.984 centímetros cúbicos, 16 válvulas, 220 CV de potencia máxima entre 4.500 y 6.300 revoluciones por minuto (rpm) y 350 Nm de par máximo de 2.500 a 4.400 vueltas para mover una carrocería que en vacío pesa 1.324 kilogramos, con lo que no deben sorprendernos sus 243 km/h de velocidad máxima, los 6,4 segundos para pasar de 0 a 100 km/h ni sus consumos homologados de 10,1 litros en ciudad, 6,0 en carretera y 7,5 de promedio, con unas emisiones medias de CO2 de 174 gramos por kilómetro.

Más inesperadas, por lo comedido de la anchura de rodadura, son las dimensiones de sus neumáticos, solo 215/35 R18, suponemos que en busca de la máxima agilidad; eso sí, el perfil 35, el diámetro de 18 pulgadas y el precioso diseño de las llantas de aleación Cagliari son toda una declaración de espíritu deportivo en estado puro. Continuando la vista exterior, esta especialísima edición limitada se caracteriza por las carcasas de los retrovisores pintadas en negro, las imponentes pinzas de freno en color azul de los cuatro potentes frenos de disco ventilados -los delanteros son enormes-, el spoiler trasero R en negro brillante, la decoración vinilo con diseño WRC, las lunas laterales traseras tintadas y los paragolpes delantero y posterior específicos. La fiesta racing continúa con los asientos delanteros calefactados acabados en Alcántara y de diseño exclusivo WRC, el climatizador automático Climatronic, el diferencial XDS para limitar el subviraje en curva que cabría esperar de un tracción delantera de 220 CV y 350 Nm de par, los faros bixenón autodireccionales y dotados de luz diurna de leds, el pack Night&Polo (retrovisor interior antideslumbramiento y sensor de lluvia), el sensor de parking trasero, el sistema de navegación RNS 315 con pantalla táctil de cinco pulgadas y seis altavoces, los pedales de aluminio, el volante multifunción con el logo WRC y las costuras en color azul, amén de la alarma antirrobo entre otras exquisiteces a las que se suma la supercompleta dotación en seguridad, con ayudas a la conducción como ABS, ESP, ASB, ASR, EDS y MSR.

En definitiva, el Polo R WRC es una delicatessen para paladares muy singulares, una joya mecánica que pone a nuestra disposición, y como vehículo utilizable todos los días, una máquina con la que también explorar el lado más pasional del automóvil.