Vitoria. El Gobierno alemán hace tiempo que viene avisando de que el mercado laboral germano no puede absorber a todos los parados de los países del sur de Europa, incluso se ha restringido a este colectivo el acceso a algunas ayudas para frenar la inmigración. Pero esta semana una sentencia judicial ha dado la razón a una familia rumana, residente en Alemania, que reclamaba poder cobrar un subsidio para desempleados, y el fallo no ha sentado bien al Ejecutivo que dirige Angela Merkel. El ministro alemán del Interior, Hans-Peter Friedrich, se ha mostrado contrario a esta resolución que asegura puede generar un "efecto llamada" en el resto de Europa.

La falta de oportunidades en Grecia, Portugal, Italia o el Estado español hace que muchas personas, sobre todo jóvenes, estén viajando a países como Alemania, con menores tasas de paro, en busca de un empleo, en muchos casos sin tener ninguna oferta concreta en su destino -más de 60 españoles se encuentran El desempleo juvenil supera en la Unión Europea el 23% y en estados como España o Grecia alcanza cotas de hasta el 50 y el 60%, como es el caso del país heleno. Con estas cifras no es de extrañar que la propia canciller alemana haya situado el paro juvenil como uno de los grandes problemas a atajar por parte de los gobernantes europeos, pero el problema es que Alemania no quiere ser la que dé cobijo a todos.

"Aquí necesitamos inmigrantes cualificados que trabajen y aporten". "La cultura de dar la bienvenida no significa invitar a los inmigrantes a nuestro sistema social", declaraba el portavoz del ministerio de Trabajo, Jens Flosdorff, el año pasado. Con estas explicaciones el Ejecutivo germano trataba de justificar la decisión de suprimir la ayuda de casi 400 euros a los inmigrantes de algunos países europeos que no encontraban trabajo, ayuda que incluía el pago del alquiler y la calefacción.

Con este tipo de políticas Berlín pretende que los emigrantes de otros países europeos viajen solo si tienen un trabajo pactado con una empresa germana. Sin embargo, en contra de lo planteado por el Gobierno, esta semana un juez ha reconocido el cobro de ayudas como desempleados a varios ciudadanos de la Unión Europea, en concreto a una familia de rumanos con residencia fija en Alemania. Preguntado por esta sentencia en un medio germano, el ministro de Interior responde, según Efe, que "la entrada en vigor de esa sentencia está claro que tendrá un efecto llamada".

Friedrich, de la CDU, es partidario de una política restrictiva respecto a la inmigración procedente del resto de Europa, en especial de Rumanía y Bulgaria. El titular de Interior justifica su rechazo a que los inmigrantes entren en el círculo de ayudas y subsidios del país en el hecho de que en la UE no hay una armonización de las prestaciones. "Las condiciones de vida y los ingresos medios en Europa muestran diferencias notables", indica Fiedrich.

Por otro lado, jóvenes españoles residentes en Berlín protagonizaron ayer un acto de protesta ante la Puerta de Brandeburgo contra el "exilio laboral" al que se han tenido que someter para encontrar empleo. Los jóvenes, en su mayoría llegados a Berlín en el último año o año y medio coincidiendo con la explosión del desempleo juvenil en el Estado español, portaban pancartas con lemas como La marca España es una patraña. También hubo movilizaciones por el mismo motivo en algunas ciudades del Estado.