Vitoria. El Gobierno Vasco ya está mirando hacia el futuro de los astilleros más allá del 17 de julio, independientemente de la resolución que adopte Bruselas en relación a la devolución, o no, de las ayudas. Por ello, instó al Ejecutivo de Rajoy a que ponga en marcha un plan específico que permita reactivar económicamente al sector de construcción naval y buscar nuevos mercados para los astilleros, sea cual sea la decisión europea, resaltó la consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia. La consejera exigió a Rajoy que, sin dilación, "se ponga manos a la obra" para buscar una solución, al considerar que todavía hay tiempo y que "la pelota está en el tejado del Estado, que es quien tiene que actuar".

Tapia, antes de entrevistarse con representantes de los trabajadores y de las empresas de los astilleros vascos para explicar las gestiones ante Almunia, reclamó en Bilbao a Rajoy que "cuanto antes", trabaje con el presidente de la CE, José Manuel Durao Barroso, para que la decisión de los comisarios europeos del miércoles 17 vaya en la línea de pedir la devolución de las ayudas sólo a partir de 2011, fecha en la que las autoridades de Competencia de Bruselas abrieron el expediente sobre este asunto, y no, de las ayudas concedidas entre 2005 y 2011. La tesis del Gobierno Vasco es que, en cualquier caso, Bruselas sólo debería exigir las ayudas desde que abrió el expediente. Teniendo en cuenta que desde que se abrió el mismo, los astilleros vascos no han contratado buque alguno utilizando el sistema de tax lease, ello supondría que no habría que realizar devolución alguna, según Tapia.

Medidas El Gobierno Vasco, tras reafirmar su confianza en la "competitiva y tecnológicamente avanzada" industria naval vasca, va a plantear a los astilleros la constitución de un grupo de trabajo en el seno del Foro Marítimo Vasco para analizar posibles medidas de reactivación para el sector naval y buscar nuevos mercados internacional.

Tapia valoró positivamente que Almunia exima a los armadores de devolver las ayudas porque hay muchos armadores europeos que trabajan con astilleros vascos que "se hubieran visto muy afectados en el caso de que el borrador primero hubiera sido la solución definitiva".