madrid. La tarifa eléctrica de último recurso (TUR), a la que están acogidos la mayoría de los hogares -cerca de 22 millones- y algunas pymes, subirá hoy, día 1 del mes, alrededor de un 1,2%, según los cálculos realizados por el sector en base a la orden ministerial publicada el sábado en el BOE.

Esta nueva subida de la tarifa de la luz llega después de que se encareciera un 3% en enero y de que bajara un 6,6% en abril, el primer abaratamiento desde la entrada en vigor de la TUR en 2009.

La contención de precios de este año supone un alivio parcial en una factura que se ha encarecido en un 60% en cinco años. Solo en 2012, la luz subió cerca del 5%, además del 7% que los consumidores tuvieron que pagar de más entre octubre y diciembre para acatar una sentencia del Tribunal Supremo que obligaba a reintegrar el encarecimiento no repercutido entre octubre de 2011 y marzo del pasado año.

A partir de hoy además también debería entrar en vigor la revisión de la TUR del gas natural, que de momento se desconoce. Por su parte, la revisión de la bombona de butano se llevará a cabo el próximo 9 de julio y, según la normativa aprobada en abril, no podrá superar su precio actual, que para una botella de 12,5 kilos es de 17,5 euros.

La evolución actual de la TUR eléctrica responde a la decisión del Gobierno español de congelar los peajes eléctricos, que tienen un peso algo inferior al 50% dentro del recibo de la luz y que sirven para cubrir los costes regulados.

En esta parte del recibo, congelada por el Ejecutivo en los últimos trimestres, es en la que se produce el déficit de tarifa, cuyo importe en términos acumulados es de 26.000 millones. El ministro de Industria, José Manuel Soria, ya ha anunciado que en la primera quincena de julio podría conocerse la reforma energética para acabar con este problema.

Mientras, la CNE ultima la nueva metodología para calcular el cobro dentro del recibo de la luz de la parte del transporte y la distribución. El otro gran coste regulado, el de las primas al régimen especial, seguirá dependiente del Gobierno. La metodología de la CNE supondrá que el recibo de la luz funcione a efectos prácticos como una tarifa plana, ya que la parte fija del peaje, conocida como término de potencia, elevará considerablemente su peso, en detrimento de la parte variable, conocida como término de energía y condicionada al consumo.

El resultado será un recibo eléctrico en el que las principales diferencias de precios dependerán de la potencia que se contrate, pero en el que, para contratos iguales en potencia, habrá mucha menos variación de precios en función del consumo.