Vitoria. El contador sigue en marcha y la tensión crece por momentos. 14 convenios sectoriales y 101 de empresa penden de un peligroso hilo que afecta en Álava al 33% de los trabajadores registrados en la Seguridad Social porque las partes concernientes no se ponen de acuerdo. Y el tiempo vuela. Por eso ahora, metidos de lleno en la recta final de la negociación, cada paso cuenta y cada gesto vale. La patronal dará el primero el próximo miércoles, con una jornada para analizar las consecuencias de la ultraactividad.
¿Habrá acuerdo antes del 7-J?
Vamos a apurar hasta el último segundo y estoy seguro de que los trabajadores van a reaccionar.
¿Por qué cree que lo que no han logrado en casi 30 reuniones lo van a lograr ahora en dos meses?
Nuestra propuesta es muy clara y pasa por el mantenimiento de los puestos de trabajo en el actual marco laboral, pero frente a eso nos encontramos con plataformas de sindicatos que son exactamente las mismas a las que teníamos en tiempos de bonanza. En ese sentido, asumo que estamos ante un diálogo de besugos muy complicado, pero insisto en que los trabajadores reaccionarán antes de esa fecha.
Esa llamada la rebelión, ¿no cree que suplanta la legitimidad de los representantes democráticamemte elegidos?
SEA no pone en tela de juicio la representativad de los sindicatos ni mucho menos, pero lo que no sabemos es hasta qué punto la información que estamos lanzando a todos los trabajadores está llegando de forma adecuada. Porque la sensación que tenemos es que existe la idea de querer llevar a todos los trabajadores al Estatuto, y eso no es cierto. Nuestra apuesta pasa por prorrogar las condiciones laborales actuales.
¿Qué les van a contar a las empresas en la jornada del miércoles?
Vamos a traer especialistas para que nos vayan marcando cuál es el escenario nuevo al que nos vamos a enfrentar el día después: qué ocurre con todas las condiciones laborales de un trabajador, cuáles se mantienen, cuáles no... La casuística en cuanto a derechos adquiridos o no es muy amplia.
¿No puede interpretarse dicha jornada como un portazo a la negociación de los convenios?
No, no, estaremos ahí, pero tenemos la obligación de empezar a estudiar un Plan B. Sigo confiando en que las posiciones inamovibles se acabarán acercando conforme se acerque el 7 de julio, estoy seguro.
¿A qué se agarran cuando las posturas hoy son antagónicas?
Queremos consolidar las condiciones laborales, no modificarlas, manteniendo los convenios provinciales conforme al marco legal actual. Lo que no tiene sentido es ir a una ultraactividad indefinida, como pretenden los sindicatos. Nosotros proponemos un año, como marca la ley.
Ustedes abrazan la ley cuando se trata de cumplir las condiciones de la Reforma Laboral, sin embargo claman al cielo cuando la justicia tumba ERE como el de Laminaciones Arregui, por ejemplo. Mantiene una postura un tanto ambigua...
Una cosa es la ley y otra la interpretación de la misma, pero de lo que no hay duda es de que los jueces ya se han manifestado públicamente en contra de la Reforma y están retorciendo las leyes en detrimento de los empresarios. Lo acatamos como no puede ser de otra forma, pero al menos déjennos el derecho a la crítica.
Parece lícito pensar que a las empresas les va a venir bien que no se llegue a un acuerdo...
No es la sensación que percibo, aunque puedan darse casos. Creo que los empresarios no van a utilizar el nuevo marco legal para modificar sustancialmente las condiciones, estoy convencido de que no será así.
¿Por qué?
Porque el 90% de las pymes alavesas tiene menos de diez trabajadores, incluido el jefe, de modo que hablamos de casi familias donde el empresario sabe cuál es su mayor activo. Así que salvo condición indispensable para mantener la supervivencia de la empresa, no modificará las condiciones a pesar de no haber acuerdo. Estoy absolutamente convencido.
¿No se han planteado que tal vez los que estén equivocados sean ustedes, que los planteamientos que defienden y que están siendo tumbados por los jueces pueden ser erróneos?
Nos guste o no vivimos en el mundo y nuestras empresas compiten fuera, así que cuando analizas la competitividad de las mimas y sus indicadores te das cuenta de que esto no aguanta mucho más. Somos más caros en todo (coste laboral, financiero, energético, impositivo...), así que o recuperamos la competitividad o la industria acabará desapareciendo de esta provincia.
¿A medio plazo debemos asumir que trabajaremos más, en peores condiciones y a un precio inferior?
En el último año han cerrado en Álava más de 400 empresas y podemos hacer dos cosas, quedarnos de brazos cruzados o evitar nuevas desapariciones. SEA apuesta por este escenario ahora, buscando la fórmula de que nuestras empresas puedan competir de tú a tú.
El paro como consecuencia de la nueva Reforma Laboral...
No es así. Es consecuencia de la falta de actividad.
¿La reforma funciona?
No funciona porque las empresas no están como deberían ni han cerrado por la reforma sino porque sus productos, quizá, no han sido lo rentables que deberían.
¿Entonces qué le falta?
Mas facilidades para la contratación que el marco actual no tiene, por ejemplo. Es real que existe cierto miedo a la hora de emplear a nuevos trabajadores por la incertidumbre de qué ocurrirá mañana.
¿La clase política está a la altura?
Han tomado conciencia y han puesto la economía como algo prioritario, pero en algunos aspectos lamentablemente vamos tarde. Seguimos esperando a la financiación y a más medidas de estímulo económico.
¿El tejido empresarial vasco se merece un Gobierno incapaz siquiera de alcanzar un acuerdo para tener Presupuestos?
Nos estamos ahogando y sí que echamos en falta este tipo de políticas porque sus diferencias nos están lastrando a todos. Es triste que no hayan alcanzado un acuerdo.
¿Fracasará la huelga general del 30 de mayo?
Si nos atenemos a los datos recientes en Álava, la incidencia suele ser pequeña. Pero me parece muy triste que ELA y LAB utilicen la confrontación para tratar de solventar un problema que es de todos.
Les vendría bien el fracaso...
La huelga en Álava estoy convencido de que va a ser un fracaso porque confío en los trabajadores, que son mucho más conscientes de la realidad que los propios sindicatos, y más desde luego que algunas centrales que están sólo en clave política y que solo representan a los trabajadores activos. ¿Quién se preocupa de los parados?