parís. El Gobierno francés, en contra de previsiones exteriores como las del FMI, se reafirma en su idea de que este año su país escapará a la recesión, aunque sea por poco, y en que para lograrlo no aplicará ajustes suplementarios, al tiempo que pide ayuda a Alemania para reactivar la actividad en Europa.
El Consejo de Ministros francés dio a conocer ayer el programa de estabilidad que tendrá que negociar con la Comisión Europea, en el que augura un crecimiento del 0,1% este año, del 1,2% el próximo y del 2% anual a partir de 2015.
Por este motivo, el titular francés de Finanzas, Pierre Moscovici, justificó el abandono, ya desde el pasado mes, del cumplimiento del déficit fijado por Europa en el 3% del PIB. Un dato que Francia decidió posponer a 2014 precisamente para evitar el efecto recesivo.
"Hacemos una política seria, no una política de austeridad", subrayó a la prensa al término del Consejo de Ministros Moscovici, quien indicó que el déficit será del 3,7% en 2013 y del 2,9% en 2014.
"No haremos ningún esfuerzo presupuestario suplementario en 2013 al margen del ya comprometido, considerable, de 30.000 millones de euros", señaló el ministro, en alusión a los 20.000 millones de subidas de impuestos y a los 10.000 millones de recorte del gasto.
En el próximo ejercicio, la proporción se invertirá, ya que el 70% del ajuste procederá de la disminución de los presupuestos de las administraciones y de reformas en la Seguridad Social y el 30% de un aumento de la recaudación fiscal.