madrid. ¿Es el oro es un valor refugio? ¿Si baja el precio es que los inversores confían ya en una recuperación económica o es que ha empezado a estallar una burbuja más? Estas cuestiones y otras más han surgido tras conocerse que la cotización del oro en los mercados internacionales perdía un 13% en tan solo las dos últimas sesiones y se llegó a situar en 1.355 dólares la onza, lo que equivale, aproximadamente a 36.628 euros el kilo. Estas cifras están muy por encima de los mínimos de los últimos veinte años que se alcanzaron en 1999 con un precio del dorado metal de 252 dólares por onza

El recorte de precios situó a la onza de oro en su nivel más bajo desde marzo de 2011 y en su primer descenso en más de doce años. Este desplome es debido a la ralentización de la economía china, que augura una bajada de cotización en las materias primas por una menor demanda, y la previsión de nuevas ventas masivas por parte de bancos centrales para reducir sus deudas -caso de Chipre, por ejemplo- en un momento en que la cotización del metal dorado está en cotas históricamente muy altas. Una razón añadida se deriva de los mensajes de la Reserva Federal de Estados Unidos, que está avisando de un giro a su política monetaria a finales de año tras inundar el mercado de liquidez.

De este modo, el precio del oro al contado llegaba a situarse en 1.355 dólares por onza, (28,349 gramos) un 9% por debajo de su precio al comienzo de la sesión. Es la cotización más baja desde el 18 de marzo de 2011, ampliando al 13% la caída acumulada en las dos últimas sesiones.

Para otros analistas, la situación es más compleja porque consideran que el desmesurado incremento del precio del oro, -desde 2007 se ha más que duplicado-, es fruto de una burbuja que empieza a desinflarse y que se deshinchará cuando empiecen a subir los tipos de interés, algo que con el elevado endeudamiento actual, no se producirá de forma inmediata pero llegará irremisiblemente.

Frases como "el oro nunca pierde valor" o "el oro es un valor refugio", son, por tanto, una realidad pero menos. Los mercados son muy sensibles y actúan con el miedo a una ruptura del euro y a la confiscación de los depósitos bancarios en Europa -tal y como ha sucedido en Chipre-. También son muy temerosos respecto de la inflación inducida por las colosales emisiones de billetes en Estados Unidos para intentar dinamizar su economía y diluir el importante monto de su deuda.

Burbujas Pero los que afirman que el oro nunca pierde valor harían bien en recordar las cotizaciones que alcanzaron en épocas recientes los valores tecnológicos -como la famosa burbuja punto.com- o los inmobiliarios, porque "los pisos nunca bajan". O incluso el petróleo, que en 2009 se pensaba que iba a llegar a los 200 dólares el barril y ahora cuesta la mitad. En todos estos sectores la burbuja terminó estallando o pinchando.

En el caso del Estado español, el Banco de España vendió 7,7 millones de onzas de oro por un total de 3.500 millones de euros en otoño de 2007, poco antes de que estallase la crisis actual. Fue una gran operación en la que la entidad se deshizo de 240 toneladas de oro, es decir, el 46% de las reservas vigentes antes de la entrada en el euro. Y lo hizo a unos precios cercanos a los 700 euros, la mitad que los baremos actuales y lejos de los 1.800 dólares que ha llegado a cotizarse. El Gobierno español, por tanto, salió escaldado de aquella operación especulativa.

Justo al revés de lo que ha sucedido en Alemania, donde su banco nacional, el Bundesbank, se negó hace años a vender pese a las presiones gubernamentales y hace unos meses anunció que repatriará unos 36.000 millones de dólares en lingotes.