madrid. Los sindicatos CCOO y UGT y la patronal CEOE mantienen vivo el diálogo para evitar que los convenios colectivos que amparan a los trabajadores españoles no desaparezcan el 7 de julio. Las centrales han enviado para ello una serie de propuestas, como dar un año más de prórroga a los convenios que no hayan sido renovados para esa fecha, a las que los empresarios darán respuesta en mayo. Este paso podría dar una solución a los 4 millones de trabajadores que tienen su convenio caducado. Al contrario, la negociación colectiva en la CAV sigue bloqueada y el porcentaje mayoritario de asalariados puede perder sus condiciones laborales en julio.
La estrategia de CCOO y UGT, muy distinta a la de ELA en Euskadi, hace que en el Estado español se vayan renovando los convenios, si bien lo hacen a un ritmo mucho más bajo que antes de aprobarse la reforma laboral. Según el Ministerio de Empleo, en 2012 se firmaron convenios que protegían a unos 6 millones de empleados. Entre enero y marzo de 2013, sindicatos y patronales han renovado las condiciones de algo más de un millón de asalariados, eso sí con una subida salarial menor que en años anteriores. Así, de los 11 millones de trabajadores amparados por un convenio en el Estado, algo más de 7 millones tienen sus condiciones en vigor, mientras que otros 4 millones corren el riesgo de perder su marco referencial el 7 de julio.
Para evitar que este segundo grupo caiga en un vacío regulatorio desde el verano, CCOO y UGT proponen a la patronal española varias opciones para salvar los muebles en el corto plazo y darse más tiempo para negociar sin que los convenios desaparezcan. Proponen fórmulas concretas como prorrogar un año más la ultraactividad -el plazo en el que el convenio caducado mantiene su eficacia- o introducir un arbitraje voluntario en aquellos casos en los que no haya acuerdo.
El recorrido de estas medidas pasa por la voluntad de la patronal CEOE, que las someterá a discusión interna y dará una respuesta a los sindicatos en mayo.
emplazamiento de báñez De este acercamiento se tuvo noticia ayer, a raíz de una petición expresa de la ministra de Empleo, Fátima Báñez, a los agentes sociales para que cierren los convenios cuanto antes a fin de evitar su desaparición. No deja de ser paradójico que sea el Ejecutivo del PP el que haga este emplazamiento cuando ha sido su reforma la que ha colocado el actual modelo de relaciones laborales al borde del abismo no solo por limitar a un año la ultraactividad, sino también por poner sobre el tablero nuevas reglas de juego, como el arbitraje obligatorio, que han complicado sobremanera que sindicatos y empresarios alcancen acuerdos.
En la CAV, la reforma ha levantado un muro infranqueable. Mientras CCOO y UGT han asumido las nuevas reglas de juego, lo que está propiciando que, poco a poco, la negociación colectiva en el resto del Estado avance, la mayoría sindical abertzale se niega a pasar por el aro de la reforma laboral. Debido a que ELA y LAB son mayoritarios en muchas mesas sectoriales, 400.000 empleados vascos tienen sus condiciones sin renovar y, si no hay solución, una gran parte -entre 200.000 y 300.000- podrían quedar en julio con el único paraguas del Estatuto del Trabajador. El resto de los que pierdan su referencia quedaría bajo los parámetros del convenio estatal. Es decir, tras el verano la situación laboral en la CAV, en contra de lo que ha ocurrido históricamente, podría más vulnerable que en el Estado.
La patronal vasca aboga por un acuerdo interprofesional que permita evitar la desaparición de los convenios de sector firmados en Euskadi, algo que también piden CCOO y UGT, minoría frente a las centrales abertzales. Por contra, ELA no confía en que un acuerdo con Confebask vaya a ser positivo para los trabajadores, mientras que LAB sigue haciendo equilibrios entre su alianza con la central de Txiki Muñoz y su necesidad de conservar los convenios sectoriales.
Las posibilidades de mantener los convenios vascos pasan por un acuerdo entre patronal, CCOO, UGT y LAB. Fuentes de UGT-Euskadi explicaban ayer que de momento no se ha hecho una propuesta a Confebask similar a la ofrecida a la patronal española, aunque no descartan que desde ahora se puedan buscar fórmulas similares a las del Estado.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, pidió ayer a los sindicatos españoles y a la CEOE un esfuerzo para renovar los convenios. Foto: efe
A partir de julio,
la situación laboral en la CAV podría volverse más vulnerable que en el resto del Estado español