Madrid. La bajada en cuatro décimas de la inflación en marzo puede ser considerada positiva desde el punto de vista de consumidor y su poder adquisitivo, sin embargo es un indicador de que la recesión sigue siendo intensa, según los expertos consultados por Efe. De acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los precios de consumo eran al cierre de marzo un 2,4% más caros que un año antes, pero algo más bajos que en febrero, cuando la inflación interanual llegaba al 2,8%.
Para la analista de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) María Jesús Fernández, esta bajada no supone un cambio hacia una evolución positiva de la economía y sólo es consecuencia de que el precio de los combustibles ha bajado, porque el del petróleo se está moderando en las últimas semanas. No obstante, considera que es bueno que bajen los precios porque "se afloja un poco el pinzamiento" que comprime la capacidad adquisitiva de los hogares, aunque dada la coyuntura económica recesiva no cree que provoque un aumento del gasto, sino en todo caso un mayor ahorro.
El economista jefe de Intermoney, José Carlos Díez, tiene una visión más negativa y subraya que la mayoría de los sectores están en deflación (caída de precios) debido a la depresión económica y la caída del consumo. Se trata de la pescadilla que se muerde la cola: la falta de consumo obliga a las empresas a bajar los precios, lo que incide en la pérdida de actividad y empleo, y a su vez disminuye el poder adquisitivo de los consumidores, que no gastan. Díez explica que si los precios están más altos que hace un año es básicamente por la subida del IVA, la introducción del copago de los fármacos y la subida de las tasas universitarias.
El economista del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos (IEE) Manuel Sánchez coincide en que la moderación de la inflación no significa que la economía vaya a crecer, aunque cree que puede considerarse un "buen dato" porque las familias no pierden tanto poder adquisitivo. En su opinión, lo más importante es que la inflación "no se desboque", ya que una situación de recesión con precios en continua alza (lo que se conoce como estanflación) sería indeseable por la dificultad que entraña corregirla.
El profesor de ESADE Robert Tornabell entiende que la bajada de marzo "no tiene nada que ver con la recuperación económica" y más bien indica que se lleva tiempo con una demanda interna débil, porque los recortes han minado la capacidad de compra. Sin embargo, dice que si la inflación se modera unas décimas, "bienvenido sea". En cualquier caso, Tornabell no cree que se pueda vincular la evolución del IPC a la recuperación económica, que no llegará hasta que se registren tres trimestres consecutivos de crecimiento del PIB, algo que ve difícil mientras no fluya el crédito a las empresas.