MADRID. La facturación sectorial se situó en 2.730 millones de euros en 2012, lo que supuso un crecimiento del 1,3% respecto al ejercicio anterior, mostrando una tendencia de desaceleración respecto a los ejercicios precedentes motivada por la debilidad de la demanda.
No obstante, apunta el informe, la comida rápida siguió configurándose como el área de actividad de mayor dinamismo en el mercado de la restauración.
Las numerosas aperturas de locales efectuadas en 2012 y las previstas para 2013 y 2014, junto con las estrategias de las principales cadenas orientadas a fomentar la demanda, permitirán que las ventas de los establecimientos de comida rápida y a domicilio continúen creciendo en dicho bienio.
En concreto, las ventas en mostrador reunieron el 89% del negocio, con un aumento del 2,3% en 2012 y una cifra de 2.430 millones de euros. Por su parte, el servicio 'delivery' continuó con la trayectoria de descenso iniciada en 2009, retrocediendo hasta los 300 millones de euros.
Por su parte, el segmento de hamburgueserías estaba integrado en 2012 por un total de 1.065 locales, con 65 aperturas en el año. Este segmento, que generó un negocio de 1.430 millones de euros en 2012, fue junto al de otros establecimientos el que mantuvo un mayor dinamismo, al aumentar su facturación un 3,1%.
La facturación del segmento de otros establecimientos también experimentó un crecimiento del 3%, hasta situarse en 270 millones de euros. Esta evolución fue posible gracias a la aparición de nuevas cadenas que han experimentado un rápido crecimiento en el número de locales, finalizando 2012 con 690 establecimientos (70 más que en el año anterior).
Por su parte, las ventas de las bocadillerías se mantuvieron estancadas en 535 millones de euros, a pesar de las políticas de expansión de algunos de los principales operadores. En este sentido, el número de locales se situaba en 1.310 al cierre de 2012, tras la apertura de 65 durante el ejercicio.
En el segmento de pizzerías siguió apreciándose el cierre de locales y la tendencia a la baja en la facturación media por establecimiento, dando lugar a una caída del volumen de negocio del 3%, hasta los 495 millones de euros. Así, en este segmento se produjo el cierre de 35 establecimientos en 2012, descendiendo hasta los 1.130.
El sector presenta una alta concentración, de forma que en 2012 las cinco primeras cadenas reunieron en torno al 70% de las ventas totales.