la crisis desatada en Chipre ha generado incertidumbre entre algunos ahorradores del resto del continente que temen que el corralito al que se han visto sometidos los chipriotas pueda extenderse. Los más preocupados, los ciudadanos del sur de Europa, los que residen en los países que más problemas económicos atraviesan, entre los que está España -además de Grecia, Portugal o Italia-.

Chipre fue el escenario del primer corralito europeo y algunos dirigentes del viejo continente, como Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, abrieron la puerta a que ese modelo de rescate pudiera extenderse a otros estados. Así que ese posible escenario, aunque improbable aún para la cuarta economía -lugar que sigue ocupando España-, cabe preguntarse, ¿están seguros mis ahorros en el sistema español? La Asociación Española de Banca, la patronal del sector, lo tiene claro: sin duda alguna, sí.

"Los depósitos de los bancos españoles están absolutamente seguros. Incluso, podríamos decir que mucho más seguros que en otros países de la zona euro". La patronal cree que el rescate financiero que pidió España el año pasado y las condiciones pactadas después con la troika -Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional- hacen que la banca estatal pueda mostrar tanta confianza. "España está blindada, porque ha firmado un MoU (Memorando de Entendimiento) que establece cómo se resuelven los problemas bancarios en nuestro país". Ese acuerdo, firmado por la troika y España, según la patronal "deja muy claro cómo se tienen que resolver nuestros problemas bancarios y, desde luego, no se contempla en absoluto una quita o cualquier otro tipo de castigo a los depósitos bancarios". Es el Sancta Sanctorum del sistema y nadie parece querer atacar ese frente.

Ley Además, si por algo tienen que estar tranquilos los pequeños y medianos ahorradores es por la normativa estatal, todavía vigente. En caso de que se produjera una quiebra bancaria, en España los depósitos están asegurados hasta 100.000 euros por persona y entidad. Eso es así desde octubre de 2008, cuando el Gobierno español -entonces dirigido por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero- elevó la cantidad garantizada desde los 20.000 euros anteriores. "En la AEB consideramos que los depósitos tienen una preferencia total y absoluta frente a otros acreedores cuando se trata de resolver una crisis bancaria. En España nadie ha perdido un solo euro, ni peseta, en ninguna crisis bancaria", insiste la patronal, contactada por DNA.

El propio ministro de Economía y Competitividad español actual, Luis de Guindos, dijo hace pocos días que en España y en toda la Unión Europea, los depósitos bancarios por debajo de 100.000 euros "son sagrados" y están "absolutamente garantizados".

La duda surge para aquellos que tengan más de 100.000 euros. Aunque a priori una solución fácil pasa por repartir sus ahorros en cuentas de diferentes entidades para asegurar al menos 100.000 euros por banco en el caso de un colapso financiero, lo cierto es que su caso es más complejo. En el ejemplo de la quita de Chipre, son precisamente los grandes ahorradores los que tendrán que soportar las pérdidas como consecuencia del rescate económico de la pequeña República, algo de lo que se han salvado, finalmente, los depositantes con menos de 100.000 euros. La propuesta final fue aplicar un impuesto del 37,5% a los depósitos de más de la mencionada cantidad. Así que es comprensible que las grandes fortunas estatales muestren su preocupación.

Para ellos solo puede servir el argumento de que España no es Chipre y que las diferencias obligarán a tomar diferentes decisiones. Además, para reforzar su confianza, los grandes depositantes pueden ampararse en las reacciones del mundo económico a lo sucedido en el pequeño país.

En ese sentido, destaca la del presidente del BCE, Mario Draghi, que aseguró el pasado jueves que el rescate propuesto en la isla no representa un modelo para otros países. Así lo aseguró añadiendo que cada caso y cada país son diferentes y para reforzar su tesis puso como ejemplo que "España no es Chipre". "Chipre no representa un modelo para nadie más", afirmó tajante. El italiano contradijo así al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, que llegó a anunciar que el rescate de Chipre serviría de plantilla para otros países. Para Draghi, sus palabras "probablemente fueron malinterpretadas".

El presidente del banco emisor incluso se mostró crítico con las decisiones tomadas en el pequeño país. "Después de largas negociaciones el resultado fue el que se vio, una tasa a los depósitos garantizados", dijo el banquero italiano, que admitió que tal decisión "no fue inteligente" por lo que fue corregida con rapidez en la reunión del Eurogrupo convocada al día siguiente. Draghi explicó que la propuesta original de ayuda a Chipre presentada por el Banco Central Europeo no incluía ninguna quita sobre los depósitos garantizados, como tampoco las presentadas por la Comisión Europea y el FMI.

El problema de la banca Chipre es, por detrás de Malta y Estonia, el país con un menor PIB dentro de la Unión Europea y España el cuarto con mayor creación de riqueza. La economía chipriota, cuyo PIB supone apenas el 0,19% de la zona del euro, se apoya especialmente en su banca, que es cinco veces más grande que la propia economía del país o siete veces si se tiene en cuenta la presencia en Grecia. Así que sus problemas vienen derivados de la situación de su sistema financiero, muy dañado tras la crisis helena.

Al final todo ello ha derivado en unas necesidades de capital del sistema bancario chipriota inasumibles para el país, puesto que representan el 60% de su PIB, una proporción más de diez veces superior a la que requirió España para sanear su banca en 2012.

En España ya se han recapitalizado las entidades con problemas y el sector ha saneado sus balances con cuantiosas provisiones tras severos controles, por lo que los agentes económicos no creen que los ahorros estatales corran riesgo alguno.