vitoria. El arbitraje obligatorio que introduce la reforma de Mariano Rajoy es el nudo gordiano de la negociación colectiva. Pese a ser un elemento de carácter técnico, es la llave que puede hacer que los convenios vascos se renueven y sigan adelante. El hecho de que un tercero entre a mediar en un conflicto entre dos partes es entendido por una de ellas, los sindicatos, como una intromisión en sus competencias que deja muy tocado su papel no solo a la hora de negociar convenios, sino como agente relevante en el conjunto de la vida económica y social.

En lo que respecta a la CAV, el Gobierno vasco debe conformar una comisión de arbitraje que decidirá cuándo una empresa puede saltarse el convenio firmado, porque así lo exige la reforma. "Si el Gobierno vasco desarrolla esa comisión rebasaría una raya roja que no tendría salida. El Gobierno tiene que jugar a la mayor y hacer frente a la reforma", dice Joseba Villarreal, de ELA.

El Gobierno vasco va a hablar con los agentes sociales para articular esta comisión, clave a la hora de dar recorrido a rebajas de salarios en las empresas. En ese sentido, CC.OO. y UGT muestran su disposición a negociar este asunto, de cara a intentar que la comisión vasca module la reforma laboral y extienda un arbitraje pactado. LAB aún no se ha pronunciado pero, dado su interés en renovar los convenios sectoriales, podría ser un primer paso de cara a lograr un acuerdo interprofesional de ámbito vasco, aunque la central abertzale en todo momento ha rechazado el arbitraje obligatorio.

Para Confebask y las patronales territoriales el arbitraje obligatorio es muy importante porque "en estos momentos de crisis una empresa necesita rapidez y seguridad jurídica, y que haya un tercero que pueda desatascar el conflicto es muy importante, está en juego la supervivencia de la empresa". Fran Azpiazu recuerda que "la reforma fija una serie de requisitos que deben cumplirse para activar un descuelgue, por lo que el empresario no podrá hacer lo que le dé la gana". "Un árbitro comprobará si se dan esas condiciones. No tiene por qué dar la razón a la empresa", indica Azpiazu sobre uno de los argumentos de las centrales sindicales para rechazar el arbitraje.

Las decisiones que tome el consejero de Empleo, Juan María Aburto, serán claves para el futuro de los convenios territoriales vascos. Para bien o para mal, la comisión de arbitraje sentará las bases del punto más espinoso de la negociación colectiva, y los sindicatos deberán tomar una posición con esas reglas de juego.