BILBAO. El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, explicó ayer a cerca de 200 directivos de la eléctrica vasca la estrategia con la que afrontará los próximos dos años, la fase final de la crisis. Los objetivos principales serán mantener los resultados -lo que redundará en dividendo para sus accionistas- y proseguir con el proceso de desinversión de activos no estratégicos de cara a reducir su deuda en 6.000 millones.
La compañía celebra hoy su junta general de accionistas en el Palacio Euskalduna, la primera tras la renuncia de Florentino Pérez a tomar el control del consejo. Despejado ese frente, se respira optimismo en Iberdrola, cuyo primer ejecutivo prevé una próxima subida en el valor de la acción tras dejar atrás "lo peor de la crisis".
Galán reunió en la Torre Iberdrola a ejecutivos procedentes de los principales países en los que el grupo está presente -España, Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y México- para abrir ese nuevo tiempo. El "modelo único" de la eléctrica le ha permitido resistir mejor que otras firmas del sector y "ser una de las pocas utilities europeas" que continúa ofreciendo rentabilidad a su accionistas y consolidar su fortaleza financiera con el proceso de desinversiones.
El presidente de Iberdrola agradeció a sus directivos su aportación a la "transformación" experimentada por la empresa en la última década. Un trabajo dirigido "a anticiparse a su entorno", que le ha permitido convertirse en una compañía "distinta". La clave, añadió, es un modelo empresarial "basado en la internacionalización, los negocios más estables y predecibles, la solidez del balance y la mejora continua de la eficiencia".
Todo ello sin olvidarse de sus raíces. La eléctrica invirtió 115 millones de euros en la CAV el año pasado y tiene sobre la mesa un programa de gasto trianual por 55 millones en Nafarroa. Con una plantilla en todo el mundo -opera en 40 países- de más de 31.330 trabajadores, un 10% desarrolla su actividad en hegoalde, 3.000 de ellos en la CAV.
Galán explicó que estas características han permitido a la empresa obtener desde 2008 unos resultados "sólidos y estables", frente a la "mayor volatilidad y a la tendencia a la baja" en los beneficios del resto de competidores y consolidarse como "una de las cuatro mayores empresas de Europa por capitalización".
El año pasado, el grupo obtuvo gano 2.840,7 millones de euros después de impuestos, un 1,3% más que en el ejercicio anterior. La caída del negocio en el Estado se ha visto compensada por la buena evolución de los negocios internacionales -que ya representan un 70% del total-, cuyo beneficio neto mejoró un 35% hasta alcanzar los 1.979 millones de euros.
La buena salud financiera le ha permitido mantener el empleo y eso se ha trasladado a las relaciones con los representantes de los trabajadores. Antes del encuentro con los directivos, el presidente de la eléctrica y la dirección de Recursos Humanos se reunieron con los sindicatos del comité -UGT, SIE, ATYPE, CC.OO., USO, ELA y CGT-, con los que repasó y compartió el modelo de negocio del grupo, así como la gestión y los resultados. Iberdrola señaló que los representantes sindicales trasladaron a Ignacio Galán "su respaldo" por los resultados.