bruselas. El ministro de Finanzas de Holanda, Jeroen Dijsselbloem, presidió ayer su primera reunión del Eurogrupo tras tomar el relevo a Jean Claude Juncker. El encuentro, que abordó el rescate a Chile y la financiación directa de los bancos, acabó sin grandes conclusiones, pero sí sirvió para que Dijsselbloem dejase un primer diagnóstico de los males que aquejan a algunos bancos europeos, en especial a los españoles. "Los convenios de la banca son muy generosos, incluso los de empleados ordinarios", señaló.

El ministro holandés hizo estas declaraciones al diario De Telegraaf el mismo día en que presidió su primer Eurogrupo. En la agenda de los ministros europeos, dos temas principales. De un lado el rescate de Chipre y de otro la financiación de los bancos con problemas a través del nuevo mecanismo europeo de estabilidad (MEDE), un asunto que toca directamente al Estado español, que ha recibido un chorro de liquidez de 39.500 millones de euros para salvar las entidades más perjudicadas por el ladrillo.

"Creo que todos coincidimos en que hay que encontrar una solución para Chipre", explicó el nuevo jefe del Eurogrupo, quien no obstante advirtió de que no se podrá tomar ninguna decisión sobre la ayuda al pequeño país mediterráneo hasta el mes que viene, ya que el próximo día 17 se celebrarán allí elecciones presidenciales. El ministro francés de Finanzas, Pierre Moscovici, coincidió con el nuevo presidente del Eurogrupo en que no podrá ser hasta "tener un gobierno estable en Chipre" cuando se tome una decisión sobre las contrapartidas que irán aparejadas a la ayuda financiera que se prestará a este país.

Por tanto, no habrá acuerdo hasta el mes que viene, si bien ya se ha fijado que la cantidad del rescate será de 17.500 millones. Ayer los ministros europeos pidieron una auditoría independiente para comprobar el grado de cumplimiento de las normativas contra el lavado de dinero en la isla, como exigencia previa para conceder el dinero.

Por otro lado, la reunión giró en torno a las condiciones en que se producirá el préstamo a los bancos, incluidas las entidades españolas, por parte del MEDE. Más concretamente, la cuestión que se trató fue decidir a partir de qué momento debe asumir el MEDE la recapitalización directa a las entidades. Alemania, Holanda y Finlandia quieren que el fondo sólo actúe desde 2014, año en que el BCE asumirá la supervisión única de los grandes bancos. Por otro lado, el fondo de estabilidad nombró ayer presidente a Dijsselbloem como estaba previsto en sustitución también de Juncker.

El dirigente holandés se mostró ayer partidario de reducir los costes salariales de los bancos para evitar nuevas convulsiones en el sector, como la que ha afectado a la entidad de su país SNS Reaal, que tuvo que ser nacionalizada. "Creo que hay muchas razones para que los convenios colectivos en el sector bancario sean más sobrios. Creo que es hora de que todos los empleados contribuyan", afirmó, para reiterar luego que "los convenios colectivos en la banca son muy generosos, incluso para los empleados ordinarios", aseguró.

Jeroen Dijsselbloem. Foto: efe