definitivamente, esto no tiene arreglo. Les confieso que uno de mis propósitos para el nuevo año era dejar atrás las malas noticias y los peores presentimientos para poner en positivo esta columna, tal y como me aconseja un buen amigo. Esa era mi intención y entre los posibles temas a tratar estaba la empresa guipuzcoana CAF que acaba de ganar una licitación para construir un tren ligero en la ciudad portuaria de Kaohsiung, la segunda ciudad en importancia de Taiwán con un presupuesto cercano a los 200 millones de dólares.

Era y es una buena noticia para empezar el año y dejar en segundo plano las medias verdades que nos regala el Gobierno de Rajoy sobre el paro o sus promesas incumplidas respecto a los desahucios que se suman a muchos dramas en el presente y mayor incertidumbre sobre el futuro. Pero el viernes, junto a la noticia de la CAF, llegaba otra que habrá dejado helados a quienes sufren las consecuencias del fraude de esa burbuja llamada Bankia: Un imputado por posibles delitos de falsificación de cuentas, administración desleal, maquinación para alterar las cuentas y apropiación indebida, ha sido contratado por una compañía española y se embolsará casi 200.000 euros al año.

Ahí es nada, el señor Rato (lo de señor es una concesión navideña) podrá alternar la poltrona de su despacho en Telefónica con el banquillo de los acusados en la Audiencia Nacional. Y aquí es donde muy bien podría entrar en escena el croupier de turno (Rajoy) para decir el consabido rien ne va plus que, en el idioma de Cervantes significa no va más en relación a la marca España utilizada por el presidente del Gobierno y sus ministros como argumento para desacreditar a quienes se han manifestado en los últimos meses contra los recortes sociales, el copago farmacéutico, la privatización de la sanidad y ese largo etcétera que provoca la indignación general.

Pero no. De momento, La Moncloa y sus aledaños callan y en su silencio quizás oigan las carcajadas de Merkel quien hace casi dos años (marzo de 2011) aceptó la dimisión de su ministro de Defensa, Karl Theodor zu Guttenberg, por haber plagiado parte del trabajo de su tesis doctoral en Derecho. No había cometido falta alguna en el ejercicio de sus responsabilidades como ministro. Tan solo había copiado, pero hay democracias donde la mentira y el fraude desacreditan a sus protagonistas para la función pública. Aquí no. Aquí nadie dimite y si alguien es imputado por falsificación de cuentas se le contrata en otra empresa mayor o, si es condenado a tres meses de arresto e inhabilitación temporal por un delito de acusación falsa, como es el caso del banquero Alfredo Sáenz, siempre habrá un Gobierno (en este caso el de Zapatero) dispuesto a indultarle.

Mentiras sobre el paro

Con estos precedentes, es lógico que los ministros de turno no duden en publicitar medias verdades como si fueran "brotes verdes". Así ha ocurrido esta semana con los datos del desempleo en el pasado diciembre, que señalaba un descenso cercano a las 60.000 personas en el paro registrado en los servicios públicos, permitiendo que el ministro Montoro exclamara que "algo positivo" se mueve en la economía española, mientras que la titular del ramo, Fátima Báñez, afirmaba que era "el mejor diciembre de toda la serie histórica".

Vamos a ver, ¿cómo se pueden decir semejantes necedades al cierre del peor año de la crisis? Por un lado, la destrucción de empleo ha continuado a lo largo del finalizado 2012 como lo demuestra el descenso en los afiliados a la Seguridad Social que, puestos a ser analíticos, es el mejor termómetro sobre la evolución del trabajo y el desempleo, mientras que la cifra a la que se agarran los ministros de Rajoy es el paro registrado que, como bien se sabe, es sensible a la actitud o voluntad de los parados de seguir o no apuntados en las listas de quienes buscan trabajo.

Por otro lado, en situación normal, es decir en ausencia de la grave crisis que padecemos, el citado descenso sería positivo, pese a ser producto de la temporalidad (campaña navideña). Sin embargo, conviene señalar que corresponde al final del quinto año de la crisis. No sé dónde verán el lado positivo los ministros de Rajoy porque 2012 ha sido un año peor que 2010 y 2011. Más aún, el ejercicio recién terminado marca un nuevo récord absoluto de paro registrado (casi 5 millones) y si ha habido muchas contrataciones (que sólo duran tres semanas) se debe a que, con anterioridad, los comercios han destruido muchísimos más empleos.

Urgencias 2013

No hay motivos para el optimismo que aparentan desbordar los chicos de Rajoy, cuya preocupación y responsabilidad debería estar, entre otras urgencias, en ver cómo conseguir los 230.000 millones de euros que necesitan para refinanciar la deuda pública en 2013 (por cierto, las entidades financieras precisan de otros 100.000 millones), cuyo coste en intereses superan los 12.000 millones anuales, mientras los inversores extranjeros siguen sacando sus dineros de la 'marca España'.

Reconozco que es muy duro empezar un nuevo año reconociendo que será peor que el anterior. Pero mal podemos transmitir esperanza si utilizamos argumentos falaces. Desde la realidad y la transparencia podemos pedir sacrificios. Así, el ministro de Economía, Luis de Guindos, afirma que se creará empleo en el cuarto trimestre de este año. Ojalá tenga razón, pero a día de hoy no hay síntomas que permitan semejante afirmación y, cuando transcurran doce meses, si estamos peor que ahora… ¿va a dimitir el ministro por haber mentido o seguirá diciendo necedades?

Lo dicho, esto no tiene arreglo y la marca España sigue igual.

España sigue igual

Aquí nadie dimite y si alguien es imputado por falsificación de cuentas se le contrata en otra empresa mayor

Barnealdea

José Antonio Diez Alday