BRUSELAS. La economía española sigue enfrentándose a corto plazo a "un riesgo de estrés presupuestario" que solo conseguirá contener si aplica "eficazmente" los ajustes previstos en el presupuesto de 2013. El vicepresidente económico, Olli Rehn, reconoció ayer que los riesgos han disminuido gracias a las medidas de consolidación fiscal adoptadas en los últimos años por el gobierno de Zapatero primero y por el de Rajoy después pero alertó de que el riesgo sigue siendo bastante elevado. "La plena aplicación del plan de ajuste ayudaría mucho y permitiría a España volver a un territorio más seguro. Para el año que viene es esencial que España aplique efectivamente el presupuesto de 2013 que incluye una consolidación fiscal sustancial", recordó Rehn.

Detrás de esta advertencia hay un cuadro macroeconómico desolador con una brecha fiscal a largo plazo del 4,8% del PIB (2,7% de media en la UE) que obligará a las autoridades españolas a hacer ajustes continuados para garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas españolas y que se traducirán en economías del orden de 50.000 millones de euros, 10.000 millones por cada punto de PIB. "El principal componente de la brecha de sostenibilidad a largo plazo es el necesario ajuste para estabilizar el ratio de deuda seguido del ajuste requerido por el coste del envejecimiento", recuerda el informe.

mano dura Rehn también dejó claro que la mano dura y las reformas siguen siendo el camino para aumentar crecimiento y competitividad y que por mucho que países como Alemania aumentaran un 1% la demanda interna, bien a través de una subida salarial o un aumento de la inflación, la repercusión sobre países como España, Grecia o Portugal será muy limitada. Es decir, que Berlín rebaje su superávit no es la solución a la crisis que viven estos países.

De hecho, tendría más repercusiones en vecinos como Austria, Holanda o Hungría. "Ha habido confusión y malentendidos sobre qué se puede lograr con un reequilibrio dentro de la Eurozona entre déficits y superávits por cuenta corriente", advirtió el comisario sobre el informe relativo a los países en superávit entre los que figuran Alemania, Holanda, Bélgica, Finlandia, Austria y Luxemburgo en la Eurozona más Suecia y Dinamarca en la UE. A su juicio lo ideal para estos países es mantener "superávit moderado" por cuenta corriente.