VITORIA. En medio de la revisión general a la baja de los salarios de la mayoría de los trabajadores, cerca de 200.000 trabajadores vascos están en riesgo de perder sus condiciones laborales y "caer en el abismo" de la legislación básica y el Estatuto de los trabajadores por el bloqueo que sufre la negociación de sus convenios. Si no pactan nuevas condiciones antes de julio del próximo año, quedarán automáticamente vinculados al convenio estatal y, en caso de que no hubiera una regulación a nivel de Estado, a la normativa básica, que, entre otras cuestiones, fija el salario mínimo interprofesional, 641,40 euros, como retribución general.

Ese drástico ajuste salarial es una posibilidad tan extrema, el peor de los casos, como remota, pero ilustra el grado de desprotección que sufrirán los empleados que se queden sin convenio. La responsable de Acción Sindical de UGT-Euskadi, Maribel Ballesteros, facilitó ayer en Bilbao estos datos, fruto del "bloqueo histórico" que sufre la negociación colectiva en Euskadi, "la comunidad autónoma con más convenios sin renovar", según denunció. Los principales obstáculos para la renovación son la falta de acuerdo entre empresarios y los representantes de los asalariados y la apuesta de ELA por la firma de convenios de empresa.

Ballesteros recordó que, tras la reforma laboral, la ultraactividad de los convenios colectivos tiene un plazo de un año para decaer si no se renueva, plazo que se cumplirá a principios de julio de 2013. Según sus estimaciones, en Euskadi hay en torno a 75 convenios, en su mayoría de ámbito sectorial provincial, "en verdadero peligro" de desaparición en esa fecha. De ellos, 48 remitirán directamente a los trabajadores afectados a la legislación básica y el Estatuto de los Trabajadores y solo los 27 restantes tendrían alguna referencia en un convenio estatal. Y estos 75 convenios afectan a unos 200.000 trabajadores, 105.000 de ellos en Gipuzkoa, 70.000 en Bizkaia y unos 26.000 en Araba. Todos ellos quedarían, subrayó Ballesteros, al "albur" del empresario, sobre todo si se tienen en cuenta que en su mayoría pertenecen a empresas de entre dos y diez trabajadores y como mucho hasta veinte empleados, un tipo de empresa que se caracteriza por su "prácticamente nula" negociación colectiva.

La dirigente de UGT insistió en este punto, haciendo hincapié en que de no lograrse negociar el mantenimiento de las actuales condiciones laborales mediante la renovación de estos convenios, los trabajadores por ellos afectados, "van al abismo" y se retrotraerán a "la situación amo vasallo" propia de algunas épocas del siglo pasado. UGT-Euskadi criticó en este sentido el "autismo" de los sindicatos nacionalistas cuando apuestan por negociar empresa a empresa, recordando que la realidad demuestra que "es prácticamente imposible" negociar en el ámbito de la microempresa.

De igual forma, hizo un llamamiento a centrales y patronales para que "todos abandonemos posiciones maximalistas que llevarán a miles de trabajadores al empobrecimiento" y, al menos, sea posible firman acuerdos manteniendo las condiciones laborales actuales. Ballesteros se mostró convencida de que el mejor "blindaje" también en Euskadi es firmar convenios para garantizar su mantenimiento, más todavía tras el fracaso de las negociaciones que junto a CCOO y LAB mantuvieron con Confebask. De igual forma, insistió en que se "una obligación sacar adelante entre todos este tema porque creo que no somos conscientes de lo que se avecina: el abismo". Maribel Ballesteros, aun consciente de la "complicada" situación por el "enrocamiento" sindical existente en Euskadi, cree finalmente que ha llegado también el momento de que los trabajadores vuelvan a afiliarse "masivamente".