Madrid. El expresidente de la CEOE Gerardo Díaz Ferrán y el dueño de Nueva Rumasa y de Viajes Marsans, Ángel de Cabo, fueron detenidos ayer por ocultar bienes por valor de unos 45 millones de euros a Meliá, Viajes Iberojet, Pullmantur y AC Hoteles, deuda que investiga el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco.
Las hoteleras y operadores presentaron una querella contra De Cabo, Díaz Ferrán y su antiguo socio Gonzalo Pascual (que falleció el pasado mes de junio) al entender que ocultaron parte de su patrimonio con el fin de evitar posibles embargos, según fuentes jurídicas.
Dentro del caso, el juez ordenó a las autoridades del puerto de Barcelona que bloquearan el yate de Díaz Ferrán para evitar que el barco se traslade fuera del territorio europeo y pueda ser vendido.
El magistrado encargado de esta investigación, conocida como Operación Crucero, imputa a los detenidos los delitos de blanqueo de capitales, alzamiento de bienes e insolvencia punible.
Según fuentes jurídicas, en la operación se han producido ya nueve entradas y registros en diferentes domicilios particulares y sociales en Madrid y Valencia.
Los detenidos en esta operación, nueve hasta el momento, pasarán en los próximos días a disposición judicial. Mientras llega ese momento algunos de los detenidos, entre ellos Díaz Ferrán, pasaron la noche en el calabozo.
En el auto en el que se planteaba esta cuestión, Velasco relataba que los querellados presuntamente no destinaron el dinero depositado por los clientes de Marsans a pagar a los mayoristas (las hoteleras y operadores denunciantes) que habían contratado los servicios.
El escrito indica que los denunciados supuestamente destinaron estos fondos "a otros fines ajenos a la actividad del grupo, y ocultaron sus bienes mediante ventas ficticias de sociedades patrimoniales y otros activos de Díaz Ferrán y Pascual a Posibilitum (la empresa De Cabo) y otras sociedades vinculadas a esta".
un kilo de oro y 150.000 euros Durante los registros realizados ayer se encontró un kilo de oro y 150.000 euros en metálico en la casa del expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán; 400.000 euros en el domicilio del empresario valenciano Angel De Cabo y más de un millón de euros en metálico en el domicilio de otra de las detenidas, Susana Mora, quien ejercía como secretaria de uno de otro arrestado.
Según la cotización actual del oro, la cantidad de ese metal encontrada en el domicilio de Díaz Ferrán estaría valorada en unos 60.000 euros. Además, los agentes intervinieron varios coches de alta gama pertenecientes a las empresas de los detenidos en el marco de la Operación Crucero, según fuentes jurídicas consultadas. Al parecer, los detenidos habrían ocultado su patrimonio vendiendo la empresa Marsans a otra que tenía por nombre Posibulitum Business, de la que ejercía como administrador uno de los arrestados, el empresario Angel de Cabo.
En el marco de estas detenciones se han llevado a cabo ocho registros tanto en los domicilios particulares de los arrestados como en domicilios sociales de empresas.
pisos en nueva york Según varias fuentes, esta operación de alzamiento tuvo lugar en el año 2010. En concreto, lo que se vendió a Posibilitum fue la sociedad que poseía las acciones de Marsans, Teinver S.A. Esta operación se realizó presuntamente para ocultar el patrimonio real y así evitar hacer frente a los pagarés sin fondos que Marsans venía entregando desde 2009 a sus mayoristas.
El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco investiga en la causa si el empresario Gerardo Díaz Ferrán trató de ocultar a través de una sociedad interpuesta la propiedad de dos pisos de lujo en Nueva York, un chalet en Calviá (Mallorca) y el yate, informan fuentes jurídicas.
Las operaciones de compra-venta de los pisos de Nueva York se habrían llevado a cabo a través de la sociedad Holdisan Inversiones y sus dos filiales Holdisan Inversiones Nueva York y Holdisan Central Park LLC, que en junio de 2007 adquirieron dos apartamentos en el hotel Plaza de la ciudad estadounidense por los que pagaron, respectivamente, 7,8 y 2,7 millones de dólares (5,9 y 2 millones de euros).
La representante de las filiales norteamericanas en estas operaciones de compraventa habría sido Marta Díaz, hija de Díaz Ferrán, según las citadas fuentes.