BILBAO. España está condenada a vivir al menos hasta 2014 con el incómodo y dramático freno de los seis millones de parados, una cifra récord que el Gobierno de Rajoy sostiene que no se alcanzará en ningún caso. Según las últimas previsiones económicas de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, lo peor de la crisis en términos de empleo está por llegar. La OCDE pronostica que la tasa de paro se situará el próximo año en el 26,9% y continuará en esos niveles durante 2014.
El panel de previsiones del organismo internacional incluye a todas las economías desarrolladas y señala peores perspectivas de crecimiento del PIB para el conjunto de la eurozona. Solo Grecia tardará más en salir de la crisis que España, que pagará "el peaje" de los recortes, de la caída de las exportaciones a sus socios y también de los problemas endémicos de su sistema financiero. Esos tres ingredientes restarán oxígeno a la economía y el PIB español caerá un 1,4% el próximo año, tres veces más de lo previsto por el Ejecutivo central, y crecerá en 2014 un exiguo 0,5%, cuando Madrid confía en que lo haga a un ritmo del 1,2%. Las estimaciones de la OCDE se alinean con las de la Comisión Europea.
El panorama es más que sombrío. No hay ninguna luz pese a los signos de mejoría que se anuncian desde la Moncloa con cierta periodicidad. Al contrario, porque tomando como referencia el 25% de paro actual, que equivale a 5.778.100 personas sin empleo, cada punto de incremento supondrá sumar cerca de 220.000 parados. El nivel de los seis millones se superará en el primer tramo de 2013 y se mantendrá durante todo 2014. La proyección de la OCDE no va más allá de ese año, pero es muy improbable que el ritmo de creación de empleo permita reducir el nivel de paro de forma significativa en 2015. Se alargan de este modo los plazos para constatar los efectos positivos de la última reforma laboral, que solo servirá de momento para facilitar los despidos mientras la economía no remonte vuelo.
Lo peor es que, según las previsiones de la OCDE, los ajustes que están frenando la salida de la crisis no serán suficientes para cumplir con los objetivos de déficit impuestos por Bruselas. Sus cálculos apuntan a que el déficit público superá el 8% este año, frente al 6,3% exigido, y rondará el 6% en 2014, el doble del límite marcado por la UE.
Uno a uno, todos los indicativos que analiza el foro que agrupa a las primeras economías del mundo auguran una intensificación de la crisis sobre todo durante el curso que viene. Hasta tal punto que aunque mejora en tres décimas su anterior pronóstico para este año -fijado ahora en el -1,3%-, revisa contundentemente a la baja las de 2013, puesto que la apuesta de mayo era un -0,8% y ahora es del -1,4%.
La debilidad de la economía española explica ese desajuste de seis décimas. El "ambicioso" proceso de consolidación fiscal planteado por el Ejecutivo de Rajoy es "apropiado y necesario", si bien no surte efecto por el desgaste del conjunto del sistema productivo y los problemas de la banca. A eso se añade las dificultades de financiación tanto de las empresas como de las administraciones, condenadas a pagar altos intereses para conseguir liquidez y en muchos casos con el grifo del crédito cerrado. En ese contexto en el que los ajustes no cumplen su cometido el camino no tiene marcha atrás a juicio de la OCDE, que pide a España que continúe con sus reformas. Recomienda en ese sentido al Gobierno del PP que profundice en cuestiones como la reforma laboral y la modificación del terreno de juego de la negociación colectiva para que bajen más los salarios.
Es la única vía de salida de la crisis que vislumbra el club de los países desarrollados pese a que los altos niveles de paro continuarán siendo un freno para el consumo. Sus pronósticos apuntan a una caída del gasto de las familias del 2,3% el próximo año y de un 0,5% en 2014. Los recortes presupuestarios lastrarán a su vez el consumo de las administraciones en un 4% y un 0,8% los dos próximos ejercicios.
Todo ello llevará a España a tener un comportamiento más negativo que países tan castigados por la crisis como Portugal o Italia.