Donostia. Xabier Iturbe fue reelegido ayer presidente de Kutxa, en un crispado consejo de administración donde la actitud de los representantes de EH Bildu, provocó su paralización por espacio de unos 45 minutos al considerar que la designación no era legal y solicitar la elaboración de un informe jurídico que avalara tal decisión. La reunión terminó con el anuncio de la impugnación del acuerdo por parte de los consejeros de EH Bildu
La reunión registró momentos de una gran tensión en el momento en que Xabier Iturbe fue elegido presidente de Kutxa, al producirse un empate entre los siete consejeros de PNV, PSOE, CCOO y Pixkanaka y los otros siete de EH BIldu, ya el consejero en representación de los colectivos sociales, Javier Barace de DYA, se abstuvo.
Ante este bloqueo, la directora de la Secretaria General de Kutxa, Rosa Leal, hizo referencia los artículos 42 y 44 de los estatutos de Kutxa por lo que el voto favorable a Iturbe del consejero socialista Jacinto Hernández, que por ser el miembro de más edad (69 años) actuó como como presidente en funciones, se entendía como un voto de calidad y por lo tanto decisorio para romper el empate, con lo que el actual presidente de la caja resultó elegido. En este punto de la reunión se produjo momentos de una gran tensión por la actitud mantenida por el consejero de EH Bildu y exparlamentario de EA, Jesús Mari Larrazabal por el modo y la forma en la que se dirigió a Rosa Leal, y al director general de Kutxa y director general adjunto de Negocio Bancario de Kutxabank, Fernando Martínez- Jorcano, a los que acusó de ignorar el procedimiento y desconocer la normativa, al tiempo que demandaba una y otra vez la presentación de un informe jurídico.
En tres momentos, Martínez-Jorcano expresó su deseo de abandonar la reunión, al manifestar que no estaba dispuesto a tolerar semejantes diatribas contra su persona, por lo que Larrazabal tuvo que disculparse. La reunión estuvo paralizada por espacio de más de tres cuartos de hora ante la demanda por parte de los consejeros de EH Bildu de un informe jurídico por escrito que avalara la decisión de Rosa Leal de dar por buena la elección de Iturbe. Como quiera que a esas horas de la tarde era imposible satisfacer esa petición porque no había nadie en los servicios jurídicos de Kutxa, y que había que seguir con el cumplimiento del orden del día establecido, la reunión volvió a reanudares, esta vez bajo la presidencia de Xabier Iturbe, para proceder a la elección del vicepresidente y secretario del consejo de administración.
En este punto, los consejeros de EH Bildu retiraron sus candidaturas para, después de un receso, volver a presentar a Jesús Mari Larrazbal como vicepresidente y como secretaria a Ainhoa Beola. Para la presidencia contaban con la candidatura de Antxon Eizagirre, que salío elegido consejero en representación de las corporaciones locales, en el sorteo que se realizó para dirimir el empate que había en este grupo.
Nuevamente, el voto de calidad de l presidente de Kutxa sirvió para romper el empate y para designar como vicepresidente de la entidad al socialista José Miguel Martín Herrera y como secretario al jeltzale Iñligo Barandiarán, que repite en el cargo.
La tensión y el ambiente crispado que se vivió en la primera reunión del consejo de administración tuvo su prologo en la celebración de la asamblea general en donde las intervenciones de los consejeros de EH BIldu coincidieron en señalar sus discrepancias sobre el procedimiento llevado a cabo en la elección de los consejeros en representación de los colectivos sociales.
La primera en tomar la palabra fue Ainhoa Beola para anunciar que su formación había registrado un escrito en el que se solicitaba medidas cautelares ante la asamblea, ante la decisión de la comisión electoral de anular la candidatura de las entidades sociales, al entender que el suplente contaba con 72 años, dos años más de los permitidos para formar parte del consejo.
En su intervención, la consejera de Kutxa, anunció que su formación iban a presentar una demanda ante los tribunales si la asamblea continuaba celebrándose. La presidencia de la asamblea hizo caso omiso a esta apreciación y se siguió con el proceso de elección de las candidaturas presentadas a cada grupo.