Vitoria. Las dificultades que atraviesan muchas empresas han vuelto a poner encima de la mesa el debate sobre la productividad, que se ha convertido en el gran tótem, junto a la flexibilidad, al que se brindan reformas en el terreno laboral. Tras abaratar el despido y abrir la puerta a una rebaja de condiciones de trabajo en las empresas, el Gobierno de Rajoy ultima un acuerdo con los agentes implicados para satisfacer la vieja demanda de la patronal española de simplificar el calendario laboral trasladando tres festivos a lunes para evitar que en una semana solo se trabajen tres o, como ha ocurrido en algunos casos, dos días. Con toda probabilidad este ha sido el último año en que Todos los Santos da lugar a cuatro días seguidos de fiesta.
Los puentes, a veces acueductos, siempre son agradecidos por el trabajador y por su ubicación casi estratégica en el calendario ayudan a hacer más llevadero el año a la espera de las vacaciones. Pero tienen un coste. Según la patronal española CEOE, bastante elevado. El mejor ejemplo es el de las dos pasadas semanas en la CAV. El día de Euskadi y Todos los Santos han dado lugar a dos puentes seguidos. Apenas seis jornadas hábiles entre dieciséis. El resultado más gráfico se produce en la industria, donde se ponen en funcionamiento las máquinas para solo tres días. El colmo en ese sentido, argumentan los empresarios españoles, se produce cuando el festivo cae en miércoles.
Por eso la CEOE trasladó la petición de llevar todas las fiestas a lunes o viernes al foro social junto a Ejecutivo y sindicatos, logrando incluir su reivindicación en el último Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva sellado con CCOO y UGT en enero. El Gobierno español se ha basado en aquel acuerdo para comenzar a negociar con la Iglesia el traslado de tres fiestas a lunes -el 15 de agosto, día de la Virgen, el 1 de noviembre, Todos los Santos, y el 6 ó el 8 de diciembre, tradicional puente de la Constitución y la Inmaculada-. El resto de festivos comunes a todo el Estado quedarán exentos -en el calendario de 2013 son ocho al caer la Inmaculada y Reyes en domingo-, por diversas razones. Una, lógica, es que el 1 de enero no se puede celebrar otro día. Navidad y el día de la Hispanidad -12 de octubre- son intocables para Iglesia y Ejecutivo español. Además, los sindicatos exigieron que el Primero de Mayo, día del Trabajador, también fuese inamovible.
Así las cosas, el Gobierno se mantiene en negociaciones con la Iglesia para mover el día de la Virgen y Todos los Santos, ambos de carácter religioso, a los que se sumará previsiblemente el día de la Constitución, aunque también podría moverse la Inmaculada. El objetivo en este último caso es agrupar las fiestas para dar lugar a un puente lo más breve posible, si puede ser de tres días, aunque algunos años será inevitable unir cuatro días seguidos.
El objetivo de la patronal era suprimir puentes en 2013, pero finalmente el Ejecutivo ha decidio posponer la reforma a 2014. En calendario de 2013 ya está aprobado y Todos los Santos y la Constitución caen en viernes, lo que facilita las cosas. Por consiguiente, en 2014 ninguna de las tres fechas susceptibles de cambio dará lugar a un puente, aunque está previsto que para ese año ya entre en vigor la ley que permitirá los cambios.
En los próximos años por motivo de calendario y a partir de 2016 por las modificaciones previstas, los puentes de agosto, noviembre y el acueducto de diciembre ya son historia. Habrá que ver si la decisión, que llegado el momento levantará más de una crítica surte efecto en las empresas, y si es cierto que de esta forma aumenta la capacidad de producción. De momento ya hay un claro perdedor, además del trabajador, y es turismo. Frente a la petición de la patronal algunas voces del sector ya se han alzado en contra al entender que mermará el número de visitantes. Para el ciudadano queda la esperanza de que el Primero de Mayo o alguna de las otras fiestas que no se mueven caigan en martes o jueves. También quedarían el resto de festivos que establecen las comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos, hasta un total de 14. En 2013 serán festivo, además de los establecidos en el BOE, otros cuatro escogidos por el Gobierno vasco -además de Jueves Santo y Lunes de Pascua, el 25 de julio, Santiago, y el 25 de octubre, día de Euskadi-. En Bizkaia será fiesta el 31 de julio y cada localidad elige otra, en el caso de Bilbao el 23 de agosto. En un principio los cambios del Gobierno español no afectarán a estos seis días, que quedarían a expensas de lo que pueda decidir cada administración.