madrid. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy explicó ayer que su Ejecutivo no ha pedido ayuda financiera a la Unión Europea porque entiende "que no es imprescindible en este momento para los intereses generales de los españoles". Rajoy sigue jugando al despiste, mientras desde el exterior algunas voces reclaman soluciones.

Ayer fue el turno de Barack Obama. El presidente estadounidense y candidato a la reelección afirmó que España "es el país más grande (de la UE) que está en crisis. No podemos dejar que se derrumbe". "Hemos trabajado mucho para que toda la Unión Europea reconozca que necesitan trabajar juntos para resolver" la crisis y en este sentido "tenemos que asegurarnos de que todos los países en la región trabajen juntos", agregó. Para el candidato se trata de algo importante para Estados Unidos, ya que Europa es su mayor socio comercial. "Mientras mejor estén ellos, mejor estaremos nosotros", sentenció.

"Estoy absolutamente convencido de que no se va a producir nada de eso que supuestamente se podría producir", respondió horas después el propio Rajoy quien recibió en Madrid a su homólogo italiano, Mario Monti. A juicio del mandatario gallego, la UE ha transmitido el mensaje de que el euro es irreversible y su Gobierno "da la batalla" para que Bruselas continúe su proceso de unión.

Rajoy insistió en que "hay que establecer una hoja de ruta completa y precisa para completar la integración fiscal, financiera, económica y política de la Unión Europea" y que se fije un calendario con plazos y requisitos concretos.

Recelo Por otro lado, Rajoy y el primer ministro italiano mostraron ayer su rechazo a la idea de crear en este momento un supercomisario económico europeo con capacidad de veto sobre los presupuestos nacionales. Una idea que surge de Alemania y que ayer mismo Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo avaló.

"Estoy totalmente a favor. Los gobiernos harían bien en considerarla seriamente", aseguró en una entrevista al semanario alemán Der Spiegel Draghi al ser preguntado por la propuesta de Alemania de dar más poder al comisario de Asuntos Económicos para que pueda intervenir directamente en los presupuestos nacionales de los Estados miembros. "Creo firmemente que, para restaurar la confianza en la eurozona, los países deben transferir parte de su soberanía al nivel europeo", aseguró.

"Esa idea, aisladamente considerada, no me gusta", recalcó Rajoy, quien considera que Europa debe fijar primero "qué es lo que quiere ser" y "adónde quiere ir" y avanzar en su unión bancaria, fiscal, económica y política. Para Monti, la idea del supercomisario, que ya salió a relucir en la última cumbre europea, es "un mito". A su juicio, la propuesta "no suena bien" si lo que se busca es dar credibilidad y confianza a los mercados, que pueden pensar que los instrumentos de los que ya dispone la UE no funcionan.