vitoria. La dirección de la compañía vidriera Guardian Llodio continúa quemando cartuchos en su empeño por reconducir la relación con el comité de empresa y, de paso, poner fin a una huelga indefinida que ya cumple siete días. Ayer, de nuevo a través de una escueta nota, la dirección quiso apelar a la responsabilidad de los trabajadores alertando del grave riesgo que está suponiendo para la planta del Valle de Aiala tener parados los hornos de producción de vidrio. En concreto, Guardian tiró de calculadora para cuantificar el desastre que está suponiendo esta situación y advirtió de que la compañía acumula ya 13 días de paros entre las 6 jornadas de huelgas intermitentes convocadas entre septiembre y octubre y la huelga indefinida que sufre desde el pasado 23 de octubre. En este tiempo, la planta de Llodio ha tenido que destruir totalmente la producción de sus hornos float e impreso, que trabajan de forma continuada, y que asciende a 7.800 toneladas. Guardian respeta el derecho de los trabajadores a secundar la huelga, pero también pide al comité de empresa que respete el derecho a trabajar a quien así lo desee. "La presencia de piquetes sigue impidiendo día a día la entrada a la fábrica y coarta, por tanto, la libertad de los trabajadores", lamentó ayer la empresa. La existencia además de "amenazas" o "daños" a otros compañeros es "inadmisible", continuó. "Impedir a alguien el poder ir a trabajar cuando así quiere hacerlo es otra forma de violencia que la empresa no está dispuesta a permitir".