Madrid. La partida de las pensiones española sigue siendo un rompecabezas para la Comisión Europea que reclama ajustes. Ayer, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, -quien se reunió con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y con el ministro de economía, Luis de Guindos- aseguró que España "debe continuar con la reforma del sistema de pensiones" de acuerdo con las recomendaciones de la propia Comisión Europea. Ello implica que Europa repite el argumento antes esgrimido: que el Gobierno español debe cumplir con su promesa de reducir el gasto en pensiones.

Rehn insistió ayer que para ello Bruselas ha aconsejado a España que suba la edad de jubilación en línea con el aumento de la esperanza de vida así como que se tomen medidas para que la edad efectiva de retiro se aproxime a la edad legal. La CE cree que España debe adelantar la entrada en vigor del retraso de la edad de jubilación a los 67 años por ese aumento de la esperanza de vida española, algo que en agosto, el presidente del Gobierno estatal, Mariano Rajoy, se comprometió a cumplir. Traducido, empezar a endurecer la última reforma de pensiones aprobada por el Ejecutivo de Zapatero, que estableció que la edad legal de jubilación se fijará en los 67 años en 2027.

Pero en las últimas semanas el Gobierno del PP parece querer echar un pulso en este asunto. Incluso su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró hace unos días que el Ejecutivo planea aumentar la cuantía de las pensiones, pese a las presiones que recibe en contra desde las instituciones europeas. De fondo quedan las negociaciones de las condiciones de un nuevo rescate a España y las elecciones autonómicas previstas este otoño, a las que el Partido Popular parece no quitar ojo, consciente del rechazo que generan los continuos recortes.

Rehn insistió ayer desde Madrid en el discurso europeo y subrayó que para restaurar la sostenibilidad de las finanzas públicas "inevitablemente hay que garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones", porque, explicó, es un factor clave en el reequilibrio de las cuentas del Estado.

En otro orden de cosas, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, consideró factible que España reduzca el déficit público este año al 6,3% del PIB comprometido, que será del 7,4% incluyendo las ayudas a la banca, al tiempo que ha subrayado que Europa está lista para ayudar a España si así lo reclama.

Tras entrevistarse con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, y el ministro de Economía, Luis de Guindos, Rehn ha constatado que el Gobierno español "actuará con determinación" para cumplir los objetivos de consolidación fiscal.

Insistió varias veces en que España aún no ha solicitado asistencia financiera a la Comisión Europea, pero dejó claro que la institución está preparada en caso de que decida hacerlo, ya que cuenta con las "herramientas necesarias", a las que ahora se suma el programa de compra de deuda soberana del Banco Central Europeo.

Al respecto, De Guindos dijo que el Gobierno lo sigue analizando y tomará la "mejor decisión" no sólo desde el punto de vista de las necesidades de la economía española, sino también de los intereses del conjunto de la zona del euro.

Rehn ha dicho que España, como el resto de países del euro, son conscientes de que si reciben ayuda tendrán que asumir las condiciones, que no son otras que las recomendaciones que la Comisión viene haciendo a todos los estados miembros.

En este sentido, recordó que a España se le sugirió que ahondara en la reforma del sistema de pensiones para asegurar que la edad de jubilación esté en línea con el aumento de la esperanza de vida.

El comisario explicó que aún no sabe si las ayudas inyectadas por el Ejecutivo español a la banca serán consideradas como parte del déficit, ya que es un análisis que corresponde a Eurostat, oficina estadística "independiente" -según ha recalcado-, que actualizará este mes las cifras de 2011.