París. El presidente de Francia, François Hollande, no cuestionó ayer el mantenimiento de Grecia en la eurozona, pero solicitó al país que "vaya hasta el final" en el cumplimiento de sus promesas de reforma y ahorro y que lo haga de manera que el proceso sea "soportable para su población". "Grecia está en la zona euro y debe permanecer en ella", indicó el jefe del Estado tras haberse reunido en el Elíseo con el primer ministro griego, Andonis Samarás, junto a los ministros galos de Economía, Pierre Moscovici, y de Exteriores, Laurent Fabius.

En una comparecencia ante la prensa en la que no hubo turno de preguntas, Hollande consideró que el país debe dar muestras de "credibilidad", pero apuntó que Europa debe esperar al informe de la troika antes de hacer "lo que deba hacer". Con ello coincidió con lo afirmado esta semana por la canciller alemana, Angela Merkel, quien apuesta igualmente por conocer las conclusiones de ese informe de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional antes de reflexionar sobre la situación del programa de ayudas al país. "No hay más tiempo que perder. Hay compromisos que cumplir y decisiones que tomar", concluyó Hollande, que saludó los "esfuerzos dolorosos" realizados por la población griega en los dos últimos años y le agradeció a Samarás este encuentro, el primero bilateral desde las elecciones en sus respectivos países.

El primer ministro heleno, que se expresó en griego y en francés, emitió un mensaje de confianza y aseguró que "Grecia cumplirá sus compromisos y permanecerá en la eurozona", pero advirtió de la importancia de no resquebrajar la cohesión social en el país. Con esta cita en la capital gala el griego concluye una gira diplomática en la que se ha reunido también con Merkel en Berlín y en Atenas con el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, con el objetivo de intentar flexibilizar los términos del ajuste heleno.

"Vamos a demostrar que Europa es capaz de superar sus dificultades y sus problemas unida, y para eso necesitamos esfuerzos y compromisos pero también una recuperación económica", insistió el griego, que destacó que Grecia "es un país orgulloso al que no le gusta depender del resto y pedir prestado". Su encuentro sobrepasó los 45 minutos protocolarios y duró una hora, en la que Samarás le transmitió a Hollande, según relató, su confianza en que Grecia conseguirá cumplir sus objetivos, "reducir el déficit y la deuda, y acabar los cambios estructurales emprendidos". "Debemos recuperar la esperanza, porque sin esperanza vamos a perder la cohesión social", advirtió pese a todo el griego, que destacó que pese a la importancia de recuperar el crecimiento económico, para su Ejecutivo constituye una prioridad mantener dicha cohesión.

Tanto Alemania como Francia le habían indicado en esta serie de encuentros la necesidad de que su país lleve a efecto sus compromisos de ahorro, y antes de llegar a París Samarás había destacado que lo único que quiere es más tiempo para cumplirlos, al considerar que su país requiere "algo de aire para respirar". Con esta gira ha conseguido del eje franco-alemán el reconocimiento de los esfuerzos llevados a cabo hasta la fecha y la garantía de que seguirán con su respaldo, pero la posibilidad de conceder nuevas ayudas ha quedado supeditada a las conclusiones que la troika difunda en octubre.