Vitoria. El Banco Central Europeo (BCE) hizo público ayer su boletín mensual de agosto en el que empeora aún más el pronóstico de crecimiento de la economía de la zona euro este año, que pasa de una destrucción del 0,2% del PIB europeo a una contracción del 0,3%. Además, el BCE prevé que la recuperación sea más lenta de lo previsto en 2013, por lo que no hay riesgo de que la inflación repunte los próximos dos años. Esto supone que el organismo emisor tiene vía libre para rebajar más el precio del dinero, actualmente en el 0,75%, una opción que ya se barajaba y que cobra fuerza en el seno de la entidad europea.

Cinco años después de la primera inyección de liquidez del BCE tras la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos, ahora se teme el contagio de la crisis de endeudamiento soberano de la zona del euro a otros países. Por ello, el BCE reitera en su boletín de agosto su disposición a comprar deuda soberana de algunos países de la zona del euro pero con condiciones. El gobernador del banco, Mario Draghi, advirtió a finales del mes pasado que haría todo lo posible por mantener la solvencia de los estados con problemas de deuda, mensaje que reiteró el pasado día 2, en el que recordó que para intervenir comprando deuda española o italiana los países deben solicitar formalmente primero la ayuda.

El BCE se mantiene en esta misma línea en su boletín de agosto, en el que asegura que solo intervendrá para atajar las elevadas primas de riesgo "bajo estrictas condiciones", y menciona que es condición necesaria que los países que reciban ayuda cumplan con los compromisos acordados con los socios europeos, es decir, los objetivos de reducción de déficit pautados hasta 2014.

De forma paralela, el instituto emisor del euro da una serie de recomendaciones a España de cara a preservar su viabilidad ya que, recuerda, su intervención en los mercados de deuda solo puede servir de respuesta temporal a la crisis, por lo que invita al Ejecutivo de Mariano Rajoy a seguir haciendo reformas estructurales.

bajada de sueldos El Banco Central indica en su informe que la moderación salarial ha sido muy limitada en España durante los últimos años, y adelanta en ese sentido una "acusada caída" de la remuneración a partir de ahora como consecuencia de los nuevos recortes de los salarios en el sector público y del impacto de la reforma laboral. El organismo que dirige Mario Draghi elogia la última reforma laboral del PP, y asegura que, de haberse tomado este tipo de medidas con anterioridad, la tasa de desempleo en el Estado sería considerablemente más baja que ahora.

"En el caso de España, las autoridades finalmente aprobaron, en febrero de 2012, una reforma del mercado de trabajo de gran trascendencia y envergadura que podría haber sido muy útil para evitar la destrucción de empleo si se hubiese aprobado hace unos años", señala el BCE en el boletín.

Asimismo, el instituto emisor de la eurozona considera que, dado que la necesidad de reequilibrio todavía es considerable, todos los países que han sido intervenidos por la Unión Europea tendrán que "emprender reformas adicionales de gran calado" e introducir medidas adecuadas para aumentar la competitividad, así como para reducir el desempleo y restablecer la sostenibilidad de las finanzas públicas.

recuperación más lenta Pero todos estos ajustes tendrán una contrapartida en el ámbito macroeconómico, contribuyendo a retrasar aún más la recuperación de las economías europeas, entiende el BCE. Las expectativas de crecimiento del PIB para 2012 se han revisado ligeramente a la baja, en 0,1 puntos porcentuales, y actualmente se cifran en una destrucción del PIB del 0,3%. Para 2013, las expectativas de crecimiento de la zona del euro también se han reducido, en 0,4 puntos porcentuales, hasta el 0,6%.

Esto hará que las previsiones de inflación a largo plazo, hasta 2014, se mantengan relajadas en el 2%, lo que supone que el regulador puede rebajar aún más los tipos de interés para favorecer la circulación de liquidez. Precisamente evitar un alza de los precios es la principal tarea del organismo de Draghi, aunque con el consumo prácticamente congelado en los países en crisis, esta es una amenaza menor.

De hecho, el presidente del BCE ya explicó la semana pasada que "el consejo de gobierno de la entidad discutió una posible bajada de los tipos de interés, pero decidió que no es el momento adecuado". Tras revisar aún más las previsiones de crecimiento, esta posibilidad tomará fuerza entre los consejeros del emisor, de forma que algunos expertos ya prevén que el BCE reducirá el precio del dinero en su próxima reunión de septiembre.

La rebaja a priori sería de un cuarto de punto, pasando los tipos del 0,75% al 0,5%. Este indicador refleja el precio al que presta el organismo europeo el dinero a los bancos privados, lo que incide directamente en otros índices como el euribor, que marca el coste al que se prestan las entidades entre ellas y tiene incidencia directa a su vez en el interés de las hipotecas.

La tendencia a la baja del euribor está siendo precisamente uno de los pocos respiros que está dando la coyuntura a las economías domésticas. Este indicador marcó mínimos el mes pasado aliviando el coste de las hipotecas y sufrirá otro bajón si los tipos caen al 0,5%.