Berlín. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, aseguró ayer en una entrevista para el dominical Welt am Sonntag que España no necesita una ayuda superior a los 100.000 millones de euros aprobados por el Eurogrupo para el sector financiero y que las informaciones según las cuales el BCE planifica una compra de títulos de deuda soberana española son inciertas. "Las necesidades financieras de España a corto plazo no son tan grandes y el paquete de ayuda de 100.000 millones es suficiente", expresó.
Además, Schäuble defendió que las últimas medidas del Gobierno como la subida del IVA o los recortes para los empleados públicos son un "deber" que "tiene que ser reconocido" porque son el "adelanto de reformas importantes". "El Gobierno español merece respeto por todo ello. Los mercados todavía no están recompensando las reformas, pero ya lo harán", aseguró el ministro.
En la entrevista, Schäuble también mencionó el hecho de que Alemania pague intereses prácticamente nulos en los mercados financieros, algo que le genera "sentimientos encontrados". "Por un lado, es positivo para un ministro responsable del presupuesto porque baja el gasto. Pero por otro, para un ministro de Finanzas es una señal de que los mercados no están en orden", señaló el ministro alemán.
La crisis en la eurozona ha llevado a muchos inversores a buscar refugio en los títulos de deuda alemana, renunciando incluso a intereses normales a cambio de seguridad. En este sentido, Schäuble no espera que los intereses de los títulos de deuda soberana alemana suban después de la reciente decisión de la agencia de calificación de riesgo Moody's.
En lo que se refiere a Grecia, el ministro alemán de Economía, Philipp Rösler, reiteró que una eventual salida de este país del euro "ya no asusta" y que "se ha perdido el horror" que producía esa posibilidad. Además, dijo que, en caso de una inminente insolvencia griega, el país debe decidir si sigue o no en el euro, y que en caso de que saliera, esta decisión no produciría una efecto dominó en la eurozona.
El ministro de Finanzas del estado federado de Baviera, Markus Soder, también se pronunció al respecto y dijo que Grecia debía abandonar la eurozona si no estaba dispuesta a cumplir sus compromisos de ajuste fiscal. Este debate ha generado críticas por parte de la Confederación Alemana de Cámaras de Industria y Comercio (DIHK) y su gerente, Martin Wannsleben, defendió que la salida de Grecia del euro sería una señal negativa para la estabilización de Europa.