Vitoria. A golpe de carta o comunicado oficial. De esta forma tan dialogada se viene librando desde hace días el conflicto de Celsa Atlántic -definitivamente asumida ya como Laminaciones Arregui-, una enconada disputa que enfrenta a la dirección con los trabajadores y a éstos, sorprendentemente, consigo mismos desde que el pasado martes una parte de la plantilla, unos 90 trabajadores, según fuentes no oficiales, decidiese romper la huelga impulsada hacía dos meses por el comité para reincorporarse a sus puestos de trabajo en la planta del polígono de Gamarra.
Aceptaba así este grupo formado en su mayoría por cascos blancos, apelativo interno para defininir al personal administrativo, los jefes y encargados de sección, las duras condiciones impuestas por el grupo catalán en su polémico plan de viabilidad para garantizar el futuro de la empresa y sus 358 trabajadores. Y asumía además este mismo grupo su delicada situación bajo una presión extraordinaria, sometido al escarnio público y las amenazas de algunos de sus compañeros, lo que les está obligando a acudir al trabajo en autobuses fletados por la empresa y escoltados por la Ertzaintza.
En este clima que alguno de los afectados califica a este periódico como "insoportable", la semana que entra se antoja "crucial" para el futuro de las plantas de Vitoria y Urbina. De no lograr más compañeros dispuestos a levantar la huelga indefinida -se convocó el pasado 8 de mayo- para reincorporarse a sus puestos de trabajo, "esto se acabó", sentencia otro de los afectados.
"No nos queda tiempo" Por este motivo, este grupo de díscolos con la actuación y forma de proceder del comité de empresa, ha decidido enviar a través de la prensa una carta abierta al resto de trabajadores de Arregui para exponer de primera mano los motivos que les han llevado a reincorporarse a la fábrica y, lo que es más importante, hacer un llamamiento casi desesperado al resto de trabajadores para evitar el cierre de la factoría dado el escaso margen de maniobra que, según su parecer, les resta.
Mientras tanto, miembros del comité acudirán mañana a primera hora a la sede del Preco (el órgano público que regula los conflictos laborales) como gesto "inequívoco" de su voluntad de negociar con la empresa, que el pasado miércoles ya advirtió de que no acudiría a dicho encuentro al haber concluido el pasado 18 de junio el periodo de consultas entre ambas partes sin acuerdo ninguno.
Carta abierta A continuación, transcripción literal de la carta enviada por los trabajadores que el pasado martes rompieron la huelga en Arregui:
"Al igual que tú, somos trabajadores de Laminaciones Arregui, que después de haber estado en huelga durante más de dos meses, hemos decidido volver a nuestros puestos de trabajo y aguantar la presión y amenazas a las que estamos siendo sometidos. Todos tenemos hipotecas que pagar, hijos que alimentar, facturas que atender…y con la que está cayendo a nuestro alrededor cada vez son menos las posibilidades que nos están quedando. No nos engañemos, la situación ahí fuera es la que es. Sabemos que no es fácil y que las condiciones no son buenas pero es peor la alternativa de quedarnos sin trabajo. Es el momento de tomar una decisión. Entre todos tenemos que sacar esto adelante aunque en algún momento podamos equivocarnos y la presión nos haga dudar. Pongamos todo nuestro empeño en conseguir cuanto antes un convenio propio y continuado para evitar el descuelgue, para que todos los meses nos ingresen la nómina y así atender nuestros gastos, para que no haya más despidos, ya que las cosas se están poniendo muy difíciles y parece que van a ir a peor a todos los niveles (incremento del IVA, reducción de prestación por desempleo, etc...)".
"Confiamos que vendrán tiempos mejores para todos y por eso estamos aquí tan asustados e incrédulos como tú, pero agarrándonos a la única alternativa libre que nos queda, como es la de volver a trabajar. Es hora de mirar hacia adelante. Nos queda poco tiempo para evitar el cierre de Laminaciones Arregui. Apoyémonos todos. Tu futuro está en tus manos".